Enric, de menos a Mas

Enric Mas está sabiendo sufrir en este Tour de Francia

Enric Mas está sabiendo sufrir en este Tour de Francia / EFE

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

La cámara instalada en el hotel que el equipo Movistar ocupaba en Niza reflejaba una cara de Enric Mas con muchas dudas. Mucha inseguridad de sí mismo daba el corredor mallorquín, el gran fichaje del Movistar para

continuar con la obra creadora que un día comenzaron Pedro Delgado Miguel Induráin.

Tan inseguro de sí mismo estaba que los periodistas que asistían a su videoconferencia (el Tour no permite este año el contacto directo con los corredores al margen de una zona mixta creada en salidas y metas) se quedaron perplejos cuando Mas habló de llegar a París entre los 15 primeros. Pero, ¿qué era esto? El Movistar, el gran equipo español de ciclismo, el que ha ganado el Tour, aunque con otras denominaciones, cinco veces con Induráin y una con Perico Óscar Pereiro no podía iniciar la ruta de la Grande Boucle pensando en situar a su jefe de

filas entre los 15 primeros.

Eusebio Unzué, el gran patrón, estaba más tranquilo, que hablase, que dijese en aquel momento lo que le pedía el corazón, porque ahora que se planifica todo, o por lo menos se intenta, de forma más o menos científica con planes de entrenamiento lo más sofisticado y calculados posibles, todo estaba preparado para que Enric fuera de menos a Mas, que empezase tranquilo, porque no había llegado al Tour en su plenitud de forma que las cumbres más complicadas aparecerían desde el Gran Colombier y sobre todo en la tercera semana con tres etapas consecutivas en los Alpes.

Siempre corrió, desde la primera etapa, con el maestro al lado. Y es que es imposible no sacar cátedra de ciclista profesional teniendo a Alejandro Valverde al lado, pendiente de Mas, dándole ánimos y hasta prestándole la buena rueda a seguir cuando los principales favoritos se le iban un poco en el Peyresourde. Valverde no pelea por la general este año, pero es que a los 40 años sigue teniendo tanta clase que es capaz de llegar con RoglicPogacar y el resto de favoritos hasta los 600 últimos metros del Grand Colombier para volver a soñar con un demarraje suyo y otra victoria en el Tour.

"Estoy bastante contento. Hace un mes no aguantaba con los favoritos los últimos 10 kilómetros de la etapa. Y ahora aquí estoy escalando posiciones. Ya soy el octavo de la general y ahora debo correr muy concentrado porque lo que queda de Tour es muy duro".

De hecho, de ahí la reflexión de Mas, solo hay dos ciclistas en estos momentos que corren la ronda francesa a otro nivel. Es difícil pensar con una semana de competición por delante, en que haya un ganador distinto a Roglic Pogacar en los Campos Elíseos de París. Pero, ¿los demás? El resto, a partir del tercero de la general, ahora Rigo Urán, estan super igualados, tanto que en estos momentos es imprevisible adivinar quién de ellos aguantará, quién irá más fuerte o quién explotará al nivel de como lo hicieron Bernal Quintana en el Grand Colombier.

Por eso, Mas confía en ir mejorando en la general, en sentirse más fuerte y más ciclista por los Alpes. "Solo hay dos corredores más fuertes que los demás. El resto no es imbatible. Pero todos podemos tener un mal día".

Por las piernas de Mas pasa el futuro del ciclismo español. Tiene 25 años y, de hecho, tradionalmente la mayoría de ciclistas, al menos las figuras del Movistar, han madurado con más edad. No todos crecen de forma majestuosa con 20 o 21 años como Pogacar o  EvenepoelAlberto Contador, antes de retirarse, lo eligió como su heredero. Mas corre con el corazón ciclista de Mallorca, de ese ciclismo mallorquín que perdió en junio a Pep Toni Escandell, que no solo era su masajista, sino su amigo.