El Barça Lassa inicia hoy la 'reconquista' de la Liga Endesa

Thomas Heurtel y Sergio Llull, otra vez cara a cara

Thomas Heurtel y Sergio Llull, otra vez cara a cara / EFE

David Rubio

David Rubio

El FC Barcelona Lassa afronta este sábado a las 21.00 horas en la pista del Real Madrid el primer partido de la final de la Liga Endesa (en TV por Vamos) con el firme objetivo de conquistar un título que se le resiste desde el curso 2013-14 con Xavi Pascual en el banquillo.

Desde entonces han pasado por el equipo el no renovado Georgios Bartzokas y el destituido Sito Alonso hasta que Svetislav Pesic llegó en febrero de 2018 para alzar dos Copas del Rey seguidas y rozar la última Final Four de la Euroliga.

Será la 13ª final entre ambos equipos de la ‘era ACB’, saldadas con seis títulos azulgranas y siete blancos. Se enfrentan el vigente campeón y un cuadro azulgrana que faltó a su cita en las dos temporadas anteriores.

Ambos han mostrado su potencial en las dos rondas anteriores. Si el Barça pudo con el Joventut (2-0) y con el Tecnyconta Zaragoza (3-0), el Real Madrid hizo lo propio ante Manresa en cuartos (2-0) y Valencia en semifinales (3-0).

Puntuaciones altísimas 

Los dos eternos rivales se han caracterizado esta temporada por sus altas anotaciones. Los madridistas fueron el mejor ataque de la fase regular con 89 puntos de media seguidos por los 86,7 del Barça. Sin embargo, en los ‘play-off’ las tornas se han invertido y los de Pesic promedian unos increíbles 93,7 puntos por los 88,8 que presentan los de Pablo Laso.

La defensa del perímetro adquirirá una importancia decisiva al tratarse de dos equipos con una ‘pólvora’ exterior que lideran Thomas Heurtel, Chris Singleton y el enrachado Kyle Kuric por un lado y nada más y nada menos que Jaycee Carroll, Trey Thompkins, Anthony Randolph y Sergio Llull por el otro.

Precedentes favorables 

El de esta noche será el sexto duelo de la temporada entre los dos eternos rivales y de ellos <strong>el Real Madrid tan solo ha conseguido ganar uno de ellos (92-65</strong> en el WiZink Center en la fase regular de la Euroliga).

<strong>En el Palau el triunfo (77-70) fue para el conjunto barcelonista</strong>, que también se ha impuesto en los dos enfrentamientos de la competición regular de la Liga Endesa (86-69 en el Palau y 76-82 en Madrid).

Sin embargo, el más importante y polémico de todos fue la final de la Copa del Rey, en la que el Barça Lassa aguó la fiesta madridista imponiéndose por 93-94. Fue una final inolvidable, marcada por la falta flagrante no señalada de Anthony Randolph sobre Chris Singleton en la penúltima acción y por el tapón ilegal de Ante Tomic a Gustavo Ayón que permitieron los árbitros.

Dos errores de bulto, uno por cada bando, que provocaron una feroz reacción de la entidad blanca que incluso llegó a amenazar con abandonar la ACB. En fin, una rabieta infantil con el sello de Florentino Pérez que quedó en agua de borrajas.

El Barça, sin Séraphin 

Una vez más, a Svetislav Pesic no le ha temblado el pulso y el FC Barcelona comunicó a las ocho de la tarde a la ACB que no haría cambios en la lista. Por tanto, <strong>Kevin Séraphin se despedirá de la forma más triste de la entidad blaugrana</strong>, sin haber disputado ni un solo encuentro de estas eliminatorias por el título.

El técnico no le perdonó su apático comportamiento y optó por Artem Pustovyi, quien tendrá que batirse el cobre para ayudar a Ante Tomic y a Pierre Oriola en una lucha que se antoja muy difícil frente a Gustavo Ayón y el ‘gigante’ Walter Tavares.

El Barça viajó tras entrenarse en el Palau

Algunos medios madrileños intoxicaron ayer con informaciones falsas sobre un supuesto boicot azulgrana a la presentación de los play-off, prevista para el viernes en tierras madrileñas.

Nada más lejos de la realidad. Al estar el WiZink Center ocupado por un concierto de Rozalén, la ACB ofreció al FC Barcelona la posibilidad de entrenarse en una pista en las instalaciones de Valdebebas, algo a lo que los de Pesic se negaron.

Por tanto, el equipo decidió retrasar su viaje y desplazarse en AVE después de entrenarse en el Palau Blaugrana. ¿Qué sentido tenía trabajar en un escenario distinto al del partido? Absolutamente ninguno. Es decir, un deplorable intento de ‘calentar’ la gran  final liguera.