El peor Nàstic en Segunda del Siglo XXI

El Nàstic debe remontar el vuelto

El Nàstic debe remontar el vuelto / sport

Los números son como el algodón, difícilmente engañan. En Tarragona no están pasando por su mejor momento con un equipo que sigue inmerso en el farolillo rojo de la clasificación. Las sensaciones no son las mejores para afrontar un nuevo tramo de temporada que se antoja vital para conocer el devenir del Nàstic en la categoría de plata

Ahora bien, en época navideña es el momento de hacer balance de lo que está siendo este primer cuatrimestre. Y las notas sería mejor esconderlas a buen recaudo para que nadie las pudiera ver. Los doce encuentros perdidos y los 33 goles encajados en apenas 19 encuentros muestran un pobre balance que Enrique Martín debe subsanar lo antes posible.

Con tan solo tres victorias y cuatro empates el Nàstic está firmando us peores números en la liga 1|2|3 de todo el siglo XXI, teniendo en cuenta que el cuadro tarraconense ha disputado diez temporadas en la categoría.

Así, los doce goles a favor y los 33 en contra también es la marca más pobre del club en lo que llevamos de siglo, con una diferencia de -21 que nadie había visto antes, ni siquiera en la 11-12 cuando el Nàstic marchaba último con los mismos puntos que la plantilla actual pero con mejores estadísticas goleadoras. Esa sería una situación que bien harían en no repetir puesto que aquel equipo bajó a Segunda División B

Un punto de inflexión

Unos números para echarse a llorar pero que deben servir para buscar un punto de inflexión a la mayor brevedad posible. El tiempo aprieta y el cuadro catalán parece no haber salido de un bucle que solo puede traer problemas. Viendo el panorama actual, ya nadie se acuerda de la sexta posición con la que encaraban la segunda parte de la competición en la 15-16, con 17 puntos más de los que tiene el equipo de Enrique Martín.

La primera piedra que debería poner el cuadro tarraconense sería en la parcela defensiva. Aun así, también hay deberes por hacer arriba. Aún queda mucho, pero el Nàstic necesita empezar a apretar los dientes.