El efecto Zidane se diluye al tercer partido

Tres partidos ha durado la alegría en el Real Madrid. La que tenía que ser la resurrección del Real Madrid, eliminado de la Copa, con la llegada de Zinedine Zidane al banquillo ha quedado en nada. Todos los elogios que recibió Zidane en su llegada al banquillo del primer equipo madridista y tras las dos goleadas en el Santiago Bernabéu se han diluido en el primer partido que el equipo blanco ha tenido que disputar a domicilio.

El empate ante el Betis en Sevilla ha caído como un jarro de agua fría sobre el madridismo. Todas las esperanzas depositadas en el Real Madrid se han desvanecido con este empate ante un rival que o puede considerarse como de los más fuertes de la Liga BBVA.

El mejor Madrid de todos los tiempos, el gran trabajo de Zidane o las traiciones de los jugadores contra el anterior entrenador, Rafa Benítez han quedado en saco roto tras empatar el Real Madrid en el campo del Betis y comprobarse que los errores se repiten en el club madridista.

Al final, Zinedine Zidane tendrá razón y el único cambio que ha habido es el del entrenador, ya que, pese a algunas pequeñas diferencias tanto en el rendimiento de los jugadores como en los entrenamientos, los problemas siguen en el Real Madrid, que se encuentra a cuatro puntos de los líderes de la Liga BBVA 2015/2016.

El efecto Zidane, pues, se ha acabado en Sevilla, precisamente la misma ciudad en la que se inició la debacle del Real Madrid esta temporada de la mano de Rafa Benítez, antes del clásico del Santiago Bernabéu.