Todo sigue igual en una Liga que no es de nadie

Odriozola y Ocampos

Odriozola y Ocampos / EFE

L. Miguelsanz

L. Miguelsanz

Hace tan solo una semana, Gerard Piqué, aseguraba que esta jornada no iba a ser tan decisiva porque los equipos ya no son totalmente fiables y los resultados varían de una semana a otra. Y acertó. Porque una vez disputados los duelos directos, todo sigue igual y el campeonato aún no es de nadie. El Barça pareció tirar la Liga con el Granada, pero puede ganarla; el Madrid arañó un punto contra el Sevilla en el minuto 93 y cuando ya lo daba todo por perdido y el Atlético viene de perder una renta de diez puntos y juega agarrotado.

Puede pasar de todo, aunque lo que sí parece claro es que los colchoneros han salvado un ‘match-ball’ con el regalazo que le hizo un Sevilla que se ha quedado a las puertas de luchar por algo más grande. Aquí lo único fiable es que el equipo que gane los tres partidos que restan del campeonato, tendrá media Liga en el bolsillo y los calendarios ya son de aúpa porque muchos clubs se juegan la vida por abajo y otros las ilusiones europeas. Nadie lo va a tener sencillo y, tras el empate del Madrid, lo que es indudable que el Barça ha renacido.

Para los blaugrana llegar vivos a estas alturas de campeonato es un auténtico milagro con todos los líos extradeportivos que ha vivido la entidad esta temporada. Esta plantilla ha cumplido, pero le queda un último reto y éste no es otro que luchar hasta el final. Con los resultados que se están dando, los blaugrana tienen la obligación de no tirar más puntos. De lo que suceda de aquí a finales de temporada, el club y su nueva Junta Directiva puede tomar muchas decisiones.

Porque no es lo mismo competir hasta el final con todos los honores, que caer por el camino cometiendo errores ante rivales menores. El Barça se la juega ante Levante, Celta y Huesca. Y no hay excusas que valgan. Porque por plantilla y por presupuesto se deben sumar los nueve puntos en liza. Sería imperdonable fallar sí también lo hacen los rivales directos. Esta lucha debe llegar hasta el final para comenzar a construir un proyecto con ambición. Todo está abierto.