Jordi Ribera: "Los Juegos siempre están muy presentes"

El seleccionador español charló con SPORT en la semana del debut en el Europeo, este viernes ante Croacia.

"Puse todo en una balanza y decidí seguir otros cuatro años", explica sobre su renovación hasta 2028

Jordi Ribera confía plenamente en el grupo

Jordi Ribera confía plenamente en el grupo / RFEBM

David Rubio

David Rubio

Una vez concluido el Torneo Internacional de España en Granollers con buenas sensaciones y pleno de victorias ante Polonia (31-25), Eslovaquia (36-18) y Serbia (32-26), la selección española ultima los preparativos antes de viajar a primera hora de este miércoles hacia Alemania de cara al debut en el Europeo este viernes ante Croacia.

Subcampeones en la pasada edición tras dos títulos consecutivos, los Hispanos afrontan un torneo que podría pasar a la historia por el enorme seguimiento que se espera en tierras germanas con más de 50.000 espectadores este miércoles en el Alemania-Suiza en el estadio del Fortuna Düsseldorf y en el que habrá en juego una plaza directa para los Juegos de París sin olvidar que tanto Francia como Dinamarca ya están clasificadas.

SPORT departió en Granollers con el seleccionador Jordi Ribera, un seguro de compromiso y de resultados que confía en añadir otro éxito a una etapa que empezó en septiembre de 2016 y que seguirá tras firmar su renovación hasta 2028 aunando el banquillo con la coordinación de las categorías inferiores y con la dirección técnica.

A dos días de viajar a tierras alemanas para la disputa del Europeo, Jordi Ribera atendió a SPORT y explicó por qué renovó hasta 2028 con la RFEB y cómo ve al equipo de cara al torneo sin olvidarse de la gran cita olímpica

Le apetecía entrenar a un club y al final decidió quedarse al menos hasta 2028. ¿Por qué?

Nada más acabar una competición, y fue ahí cuando hice ese comentario, me quedo con muchas ganas de seguir entrenando y preparando partidos, pero enseguida empiezan las actividades con las tareas de formación, viajar, ver partidos, hablar con entrenadores, cosas muy difíciles de hacer en un equipo. Puse todo en una balanza y preferí seguir un ciclo más. Llegué a un acuerdo con el presidente y estoy contento y satisfecho, aunque los entrenadores siempre estamos un poco supeditados a los resultados. De momento las cosas han ido bien en la absoluta y en la formación. Vamos a intentar mantenerlo.

Ribera, con el bronce en el último Mundial

Ribera, con el bronce en el último Mundial / EFE

Pero usted es bastante más que solo un seleccionador...

Bueno, hemos formado un gran grupo de trabajo con el área de tecnificación, las actividades del CAR de Granada y con entrenadores que van para conocer nuestra forma de trabajo. Cada mes tiene sus cosas y no hay ninguno tranquilo. Ahora el Europeo y después empiezan las actividades de calle, en verano las competiciones de las selecciones menores. O el seguimiento de los jugadores, que no es como antes que la mitad estaba en un equipo y la otra mitad en otro. Ahora hay 18 jugadores de 16 clubs distintos y juegan en siete países. Sería muy difícil si uno no tuviese dedicación exclusiva y un grupo de trabajo en el que todo el mundo tiene su tarea.

¿Ha influido eso en su decisión?

Lo que tenemos montado en la Federación está funcionando bien y claro que ha influido. Estoy contento. Me dan medios para poder hacer un montón de cosas, hay mucha gente alrededor y hacemos un buen equipo. Aquí los objetivos son muy amplios. El trabajo de formación, la transmisión a otros entrenadores, la búsqueda del talento y de estos jugadores que deberán llegar a la absoluta, la punta de esta pirámide con cuyos resultados se mantiene lo que viene por debajo.

Hablemos del Europeo, el torneo más fácil para acceder y el más difícil a la hora de jugar.

Hombre, ahora con los equipos que hay, quedarse fuera es difícil, pero después es el torneo más exigente porque no hay partidos fáciles. En un Mundial puedes tener un par de días para dosificar, pero en un Europeo tienes que ir partido a partido y precisamente el sorteo nos ha deparado una de las rutas más difíciles. Si te despistas te puede pasar como a Francia y a Dinamarca en 2020, que no pasaron de la Ronda Preliminar.

Los Hispanos, la pasada semana en Granollers

Los Hispanos, la pasada semana en Granollers / RFEBM

Y empezar ganando será clave, ¿no?

El primer partido contra Croacia puede definir nuestro camino en la primera fase. Después en la segunda vendrían selecciones como Francia, Alemania, Islandia… ¡Y solo pasan dos a semifinales! Hemos de vivir pensando en el próximo partido y después en el siguiente. Es la mentalidad que hemos tenido siempre. Nunca nos hemos planteado el punto final, sino que eso se construye desde el día a día. Si hablas con los jugadores, es difícil que les saques nada de medallas o de semifinales.

¿Pensar que hay una plaza en liza para los Juegos sería un error o es inevitable?

Los Juegos es algo que siempre llevamos dentro. Todos pensamos en eso y ahora los Juegos, en este caso los de París, siempre están muy presentes. En 2020 teníamos la plaza para el Preolímpico, pero todos teníamos metido en la cabeza conseguirla vía Europeo. Incluso algunos estaban mucho más contentos porque se habían clasificado para los Juegos que por el oro en el Europeo de 2020. Sabemos que es la primera oportunidad con la seguridad de que habría otra en el Preolímpico.

¿Está contento con la actitud de los jugadores?

Todos estos años siempre ha habido una gran actitud y mucho trabajo. La gente es consciente de que cuando llega aquí hay vídeo, charlas y entrenamientos o un preparador físico por si alguien necesita algo especial. Saben que estar aquí supone vivir complemente metidos y siempre están muy predispuestos. Todo el mundo quiere estar aquí y tratan de defender su espacio. Esto es muy importante.

Jordi Ribera es feliz en la selección

Jordi Ribera es feliz en la selección / EFE

¿Y con los tres amistosos del Torneo Internacional de España?

Tuvimos dos partidos duros ante Polonia y Serbia y otro más tranquilo ante Eslovaquia. Empezamos con Serbia, un equipo balcánico y a grandes trazos similar a Croacia, que será nuestro rival el viernes en el primer partido del Europeo. El equipo ha estado bien, con momentos mejores y otros peores. Nos falta mejorar sobre todo en defensa. Además, han intervenido todos y eso es muy bueno, pero a veces es complicado de gestionar. Eso nos hace muy fuertes a medida que pasa la competición, porque hay equipos que suelen depender de seis o siete jugadores y su nivel suele ir bajando. En cambio, nosotros podemos mantener el potencial si tenemos claro que somos 16, 17 o 18.

Un buen ejemplo es el de Cañellas, con 37 años y saliendo ahí a morir en defensas los minutos que tiene... 

Joan está en un momento determinado de su carrera y tiene un rol determinado en el equipo. Hay cosas que sólo puede hacer él por su calidad y su experiencia. Simplemente se trata de saber encontrar cuándo tiene que estar y cuándo no.

Se va gente como Davoid Barrufet en su día (viaja como embajador de la selección), Víctor Tomàs, el capitán Raúl Entrerríos o en esta cita Gedeón Guardiola, pero el buen ambiente no se pierde. ¿Cuál es la clave?

Es algo que se hereda y que va pasando de generación en generación. Hay cosas que pueden ir cambiando, pero la estructura y la mentalidad se van trasladando. Por eso cuando en 2016 España se quedó sin Juegos todo el mundo decía que había que cambiarlos a todos y eso habría sido un error grave. Aquel grupo había tenido un ciclo bueno.

Dani Dujshebaev, junto a Raúl Entrerríos

Dani Dujshebaev, junto a Raúl Entrerríos / RFEBM

No se podía romper todo...

Claro que no. Era un grupo muy potente psicológicamente que utilizó esa decepción como un impulso, como una regeneración. Eso fue muy importante y llevó al equipo a Tokio (bronce) y a ganar dos Europeos seguidos. Todos van trasladando ese carácter a los nuevos. Si sacas a todos y metes solo a jóvenes que no se han imbuido de esa mentalidad cometerás un error, porque quizá tengas buenos jugadores, pero no un equipo competitivo.

¿Qué le pide al equipo desde el primer día? ¿Qué no puede fallar?

La entrega en cada partido, aunque tengo claro que en eso no hay que decirles nada y lo hemos demostrado muchas veces. Sin ir más lejos el año pasado en el Mundial contra Noruega, que parecía todo perdido y le dimos la vuelta (34-35 en cuartos en la prórroga cuando caían por 25-24 más posesión escandinava a falta de 19 segundos). Eso solo se consigue pensando y creyendo en el equipo y en que cada uno tiene su parte importante dentro del grupo para que todo funcione.

Tras ver 12.500 espectadores en el Mundial femenino, ¿qué sentirá el miércoles cuando vea a más de 50.000 espectadores en el Alemania-Suiza?

Pues envidia sana de ver países en los que el balonmano tiene un espacio muy importante y un gran orgullo por pertenecer a este deporte. En 2023 vivimos el partido por el bronce del Mundial contra Suecia con 23.000 suecos. Y ahora en el Croacia-España el pabellón estará lleno de croatas. Hay países que se vuelcan con el balonmano.