Ancelotti, invitado de piedra en la renovación de la plantilla

El italiano tiene voz pero no voto en las altas y las bajas del equipo, cuyas decisiones recaen directamente en Florentino Pérez y ejecuta José Ángel Sánchez

Carletto tendrá que encajar su idea en los jugadores que tenga, y más al poner 2024 como fecha de caducidad a su estancia por su intención de dirigir  a Brasil 

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Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

La relación entre Carlo Ancelotti y Florentino Pérez es fluida. El italiano se encarga de airear el buen rollo que tiene con el presidente en su segunda etapa al frente del Real Madrid. En esta ocasión, cumplirá el contrato que firmó por tres temporadas, y es que Carletto aprendió hace años cómo funcionaba el club y quien decide la confección de la plantilla.

Ancelotti tiene voz pero no voto en las altas y bajas del equipo, es un mero convidado de piedra ya que las decisiones recaen directamente en Florentino Pérez y ejecuta el director general José Ángel Sánchez. En esas operaciones también debe implicarse el entrenador hablando con el jugador si es necesario.

El presidente blanco tiene siempre la última palabra para hacer un fichaje. Escucha y se informa de los jugadores que pueden encajar en el equipo, ya sea a sugerencia del entrenador o del propio José Ángel Sánchez, y siempre valora si la rentabilidad económica de la inversión tiene capacidad de retorno. Si todo encaja, da orden de intentar el fichaje, pero siempre bajo su ya experta experiencia. Al entrenador, en este caso Ancelotti, solo le queda encajar las piezas del puzle en su idea de juego.

CAMBIO EN LA ESTRUCTURA DE JUEGO

Ancelotti tendrá que idear una estructura de juego diferente al de la temporada recién finalizada al perder a Benzema. El curso pasado empezó con el 4-4-2, con Valverde de falso extremo, y acabó con el 4-3-3 ante la explosión de Rodrygo. El italiano apostaba por la continuidad de Benzema y Asensio, pero el francés abandonó el barco por dinero y el balear se fue para tener más protagonismo en el PSG, el que no le aseguraba Carletto. En lo que sí ha forzado la máquina ha sido en la salida de Hazard, al que arrinconó para dejarle claro que con él no iba a jugar. Confirmada su continuidad, el belga decidió irse.

El flirteo del italiano con Brasil confirma que la política del club es el camino menos arriesgado. Ancelotti quiere entrenar a la ‘canarinha’ y ficharle jugadores a su medida sería un riesgo para el futuro. Dejaría una herencia que el nuevo entrenador podría descartar al no encajar en sus esquemas. El club evita ese colapso haciendo fichajes necesarios para equilibrar la plantilla al margen de esos refuerzos top que tendrán sitio siempre en el equipo. Con esto no asegura el acierto, pero sí compensa un bloque que podrá ser útil para el entrenador que le suceda.