Espai Barça, Goldman Sachs y transparencia

El Espai Barça, una obra estratégica para el club

El Espai Barça, una obra estratégica para el club / VALENTÍ ENRICH

Toni Frieros

Toni Frieros

Mientras disfrutamos de un Barça espectacular en el terreno de juego y regresa la alegría al Camp Nou (de todos modos, esperemos al mes de mayo a descorchar las botellas de cava), el club tiene otros frentes abiertos que atender. Uno de ellos, de una dimensión extraordinaria, igual o más importante incluso que el devenir del equipo. Me refiero al Espai Barça, un proyecto patrimonial de enorme envergadura que es una obra de club, no de una junta directiva en concreto, y que implica a la ciudad de Barcelona, que tendrá otro icono arquitectónico del que presumir.

En los últimos día ha trascendido que el despacho de arquitectos que ganó el concurso del proyecto, la japonesa Nikken Sekkei, no será el que ejecutará la obra. Dicen que el FC Barcelona hizo un ‘tender’ (proceso de selección para escoger un proveedor) y se presentaron diferentes empresas, siendo elegida Torrella Ingeniería, una pequeña empresa de Terrassa. Digo “dicen” porque el club no hizo público ese concurso y tampoco qué jurado tomó esa decisión. Si es que se convocó jurado alguno (en 2014 lo conformaron miembros del Colegio de Arquitectos, del Colegio de Ingenieros, del Ajuntament de Barcelona, y algunos directivos y ejecutivos del club).

De todo modos, es una decisión que todavía tiene que aprobarse en la próxima junta directiva. Mientras tanto, no es una buena noticia, desde luego, que el decano del Col.legi d’Arquitectes de Catalunya, Guim Costa, dirigiera una carta a Joan Laporta para pedirle una cita para hablar de las derivadas del Espai Barça y lamentando que quien había ganado el concurso del Espai Barça no lidere su continuidad. Es decir, en el mundo de la arquitectura, ha causado perplejidad la decisión del FC Barcelona que, obviamente, está en su derecho de hacer las cosas como crea conveniente. Ahora bien, si el club quiere hacer el mejor estadio del mundo, debe ir de la mano de los mejores profesionales en todos los sectores.

De paso, tomo las palabras que en su día dijo en SPORT Jordi Llauradó, directivo azulgrana responsable, junto a Elena Fort, del Espai Barça: “Tenemos que ser un ejemplo de transparencia y ética”. En los últimos dos años el Espai Barça ha perdido a los dos ejecutivos responsables: Bill Mannarelli y Ramón Ramírez. Al primero lo puso la junta de Bartomeu (algunas de sus actuaciones están denunciadas ante la Fiscalia dentro del famoso ‘forensic’) y al segundo, ingeniero, lo contrató Ferran Reverter después de un proceso de selección. Duró ocho meses. Al último, Joan Centelles, lo ha elegido el presidente Laporta.

Ahora habrá que ver qué dirá y hará Goldman Sachs, el fondo americano que pagará la fiesta adelantando el dinero para que el Espai Barça sea una realidad. Su opinión será muy relevante. Mientras tanto, un consejo muy sencillo: máxima transparencia y máxima información. El FC Barcelona se juega mucho con este proyecto.