El año nuevo empieza con malas notas

La encuesta efectuada entre nuestros lectores a través de la web del diario SPORT desprende vibraciones negativas sobre el estado de afección de los seguidores azulgranas hacia el club y el equipo. Que la valoración a la gestión del presidente solo roce el suficiente pelado (5.09) y que el entrenador y el equipo, actuales campeones de liga, estén por debajo del aprobado (4.55 y 4.92) demuestra la escasa fe que hay entre los seguidores.

Cierto que en este tipo de encuestas, el reciente inmediato acaba afectando mucho en las decisiones de los aficionados y los últimos resultados no han sido nada positivos hasta el punto que al entrenador se le acabó la paciencia y ya fue más duro que nunca en sus acusaciones a la actitud de los jugadores. El socio constata, tanto según el resultado de esta encuesta como en número de espectadores que están yendo a Montjuïc, que el equipo no le trasmite, no engancha. Hay mucho tiene que cambiar.

Lo mejor es que todavía no se ha perdido nada, estamos a las puertas de la Supercopa y de la Copa del Rey y en un momento clave de la temporada liguera. Hay tiempo para reaccionar y para cambiar la dinámica y revertir estas críticas de la afición, pero también hay que admitir que no hay margen de error, que se juega al filo de la navaja porque ahora ya empieza el cara o cruz. Son muchos puntos de desventaja en liga y Girona y Madrid no dan signos de fatiga. Le costará al Barça recuperar el terreno perdido.

Su obligación es intentarlo para ganarse el aprecio y el respeto de la grada para acabar conquistando títulos, un reto que a estas alturas de curso (y según los resultados de la encuesta) no cuenta con el convencimiento de la afición. Que un 54% de los lectores de SPORT crean que el equipo no ganará ningún título esta temporada o que el equipo quedará eliminado en cuartos de la Liga de Campeones reflejan este estado pesimista que desprende la afición según los inputs que recibe del equipo.

No solo el equipo está en entredicho sino también el club, pues se hace un balance “regular” del traslado a Montjuïc y se considera prioritaria la recuperación económica, un reto que parece lejano aún.