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Mongil: "En Georgia se están preparando, cada vez más, para jugar un gran torneo"

Víctor Mongil, jugador español del Dinamo Tbilisi, cuenta cómo es el fútbol en Georgia, el que será el próximo rival de España en el camino al Mundial 2022

"El hecho de quedarse muy cerca de la Eurocopa 2020 les ha dado un plus para creérselo y armar un equipo joven, fuerte y con ilusión", cuenta Mongil

Víctor Mongil, con su primer título conseguido en Georgia en 2019.

Víctor Mongil, con su primer título conseguido en Georgia en 2019. / Twitter (@Victor4Mongil)

Quique Briz

La selección española se las verá con Georgia este próximo domingo (18:00 horas, CET) en el segundo partido clasificatorio al Mundial de Catar 2022. Un país que conoce bien Víctor Mongil (Laguna de Duero, 21/7/1992) que, tras hacer carrera por varios equipos del fútbol español, se embarcó en 2019 en una aventura en el Dinamo Tbilisi de la mano de Xisco Muñoz. Con un paréntesis de una enriquecedora experiencia en la India de por medio, Mongil ya está adaptado a un fútbol muy distinto al que estaba acostumbrado antes de venir y nos cuenta en exclusiva para SPORT el valor que tiene el fútbol en aquel país.

P: Has jugado muchos años en España, en equipos como Valladolid, Atlético de Madrid o Levante. ¿Cómo fue el hecho de dar el salto a un fútbol como el georgiano?

R: Es un gran cambio, esto no hubiese entrado en mis planes hace unos años si me dicen que estaría jugando aquí. Cuando me salió la oportunidad de ir a Georgia, no sabía ni ubicarla en el mapa. Pero me atreví porque aquí estaba Xisco Muñoz de entrenador, que ya fue jugador aquí antes. Me parecía dar un salto en mi carrera y empezar a luchar para ganar títulos, uno de los criterios que me hicieron venir. Estaba en una buena situación en el filial del Levante, siendo capitán y jugándolo todo, por lo que no pensaba salir del club, y por eso cuando me surgió la posibilidad me desubicó un poco. Luego me fui mentalizando, y al llegar aquí me encontré con un país muy agradable, me adapté muy rápido al club y a la plantilla.

¿Qué diferencias ves en el juego respecto al fútbol español?

A nivel de juego, creo que talento individual existe en cualquier sitio. Sí que se carece más en el orden táctico en comparación con España. El nivel de exigencia y profesionalidad es distinto, incluso fuera de nuestro entorno. Aquí los españoles venimos de una formación más exigente y por eso podemos dar ese plus.

Víctor Mongil, Xisco, Carlos Castro, Fran Carbià, Sergio Noche, José Perales... ¿Qué tiene el Dinamo Tbilisi para que hayan jugado últimamente tantos españoles aquí?

Creo que Xisco Muñoz fue el pionero en llegar aquí, primero como futbolista y ya luego como entrenador. Ahora, cuando se ofrece un jugador español al Dinamo de Tbilisi, se ve con buenos ojos y saben que el rendimiento será bueno. Además ayuda el país y la ciudad, donde se está muy bien, y el club es muy familiar. Al final es el más grande del país y tienes la opción de luchar por todo, por la copa, la liga e incluso las previas europeas. Y en España, luchar por conseguir títulos y jugar competición europea esta al alcance de muy pocos. Si no hubiese tomado la decisión de venir aquí, seguramente no hubiese podido vivir eso.

¿Cómo viven los georgianos el fútbol?

Aquí la gente es futbolera. Sí que es verdad que la afición al Dinamo se empezó a dejar de lado con el tiempo, ya que antes el club curtía a la mayoría de la selección y los mejores georgianos jugaban ahí. Con el paso del tiempo, el fútbol cambia y hoy los jugadores importantes prefieren irse a otras ligas como Grecia, Turquía o Ucrania a poco que destacan. Ahora el club no retiene tanto el talento para intentar pelear por algo más grande en Europa. Al final, es el reflejo de la diferencia entre el fútbol español y el de aquí: la ambición y el saber hacer apuestas para revalorizarse. Aquí hace doce años que pasaron una guerra civil, algo que les ha hecho más fuertes y que te echen una mano siempre que lo necesites, son muy agradables. A poco que les das una alegría, la celebran, se les ve rápido la sonrisa. Los jugadores si tenemos una concentración total, pero en la gente que nos rodea les ves esa alegría que siempre celebran, un entusiasmo que a veces necesitamos nosotros con tanta exigencia.

El partido entre Georgia y España se va a jugar con un público de 15.000 personas. Las entradas se agotaron en pocas horas y llegaron a recibirse hasta 90.000 peticiones. ¿Cómo se vive ahí el fútbol de selecciones?

Por la situación, el público es limitado, pero los dos años anteriores que yo he estado aquí, cuando juega la selección, el campo se llena. Tenemos un estadio grande, de 55.000 personas. A veces, cuando lo veo, me da pena que no venga tanta gente a otros partidos, porque sería un aliento importante cuando te relajas en un partido. Es un aliciente positivo. Van mucho con la selección y disfrutan mucho con ella, es un fútbol que se vive muy sano y eso a mi me ha gustado cuando he podido disfrutar de los partidos de la selección.

A pesar de que el Dinamo Tbilisi es el ganador de las dos últimas ligas, no hay ningún jugador del club en la lista de Willy Sagnol, y solo cinco son de la liga local. ¿Te sorprende esta situación?

De primeras me sorprendería, pero ahora sé lo que hay. Eso es una pena, porque casi todos los jugadores de la selección han pasado por el Dinamo en algún momento de su carrera, pero el club no puede mantenerlos ni cuidarles. Si pudieran conseguir un buen contrato aquí, estoy seguro que se quedarían, porque al final aman a su país. Yo coincidí con Levan Shengelia, le salieron novias incluso de España y ahora está en Turquía. Al, final todos los jugadores importantes aquí van a otros clubes emergentes y salen del país.

El pasado mes de noviembre, Georgia se quedó a escasos minutos de poder jugar una Eurocopa, lo que hubiese sido su primer gran torneo. ¿Cómo se vivió ese momento histórico?

Hubo muchísima ilusión, todos los clubes georgianos mandamos un apoyo especial a la selección. Se hizo una campaña increíble de apoyo porque hubiese sido algo histórico, algo que demuestra que son forofos del fútbol. Ese día, yo estaba con el corazón partido porque en el otro lado tenía a mi amigo Enis Bardhi, que juega en la selección de Macedonia del Norte. Fue una semana muy especial, en la que ellos notaron mucho cariño. El público hubiese sido un plus añadido, pero la situación fue así para ambos equipos y cayó para el lado de Macedonia del Norte.

En el último enfrentamiento ante España, Georgia consiguió ganar 0-1 en 2016. ¿Crees que ahora puede repetirse ese resultado?

Al final, España tiene que salir siempre como favorita, aunque se quiten el peso de ello. Es una selección con jugadores al primerísimo nivel, compiten por todo a nivel de clubes. Espero y deseo que no haya sorpresa, porque cuando hay algún partido de la selección siempre me lo recuerdan. Espero que esta vez no pase, porque a diferencia de esa victoria, este no es amistoso, es clasificatorio al Mundial y espero que España pueda ganar.

Tras quedarse cerca de una Eurocopa, ¿crees que se está intentando llegar más lejos?

Creo que se está trabajando para intentar entrar a un gran torneo. Cada vez se lo están creyendo más, se nota una evolución. Están viendo que algunos jugadores curten a grandes clubes de otros países y se dan cuenta que pueden aspirar a ese nivel, solo falta culminarlo un poco a nivel nacional. El hecho de tenerlo muy cerca la última vez les ha dado un plus para creérselo y armar un equipo joven, fuerte y con ilusión. Ahora, su seleccionador es nuevo y están expectantes a lo que va a ocurrir.

Si España y Georgia son distintas, también lo es la India. A nivel personal, ¿cómo valoras tu experiencia ahí?

A nivel táctico, ahí si que todo va por los aires. Ves cada locura... Son gente profesional, se cuidan, hacen mucho gimnasio y son implicados, pero les falta ese orden. La liga es muy bonita y los extranjeros podemos dar ese plus. En cuanto al país, hay muchos contrastes, la gente es muy cariñosa. Nos hacían sentir como unas estrellas, pues en los entrenamientos te tocaban, se hacían fotos... Fue una experiencia muy bonita, porque además salimos campeones. Lo guardo con mucho cariño.

Y luego, apuestas por el Dinamo Tbilisi por segunda vez.

Sí, esta ocasión empiezan el año sin Xisco, caen en previa de Champions y deciden volver a traerlo como entrenador. Nada más llegar él, me llama a mi y yo voy para allá por seguda vez, y creo que salió bien. Este año es la primera vez que no está, pero siempre me ha llevado con él y se lo agradeceré siempre. Estoy seguro que como entrenador le va a ir muy bien, lo demuestra en el Watford, que podía parecer dar un salto grande desde Georgia hasta ahí y va camino a la Premier League con muy buenos números.

¿Cuánto ilusiona el hecho de poder jugar competición europea cada verano?

Es un momento muy bonito, se cuece otra atmósfera diferente. El día a día es exigente, pues el equipo lucha por todo y debe ganar siempre, pero en competición europea, te viene una oportunidad totalmente diferente para seguir pasando de fases y seguir soñando. Yo tuve la oportunidad de llegar a las últimas rondas en mi primer año aquí. Nos eliminó el Feyenoord, pero recuerdo en Holanda como les plantamos cara hasta los minutos finales. En casa estuvimos ganando un buen rato y tuvimos ocasiones, así que si hubiésemos salido de la ida con un poco de vida, otro gallo hubiese cantado. En competición europea, es parecido a la selección nacional: con el paso de los años, se van creyendo más que pueden meter la patita y hacer historia, y ojalá yo esté aquí si se hace para poder vivirlo.

¿Cómo valoras la aparición de la Conference League a partir de este verano para conseguir ese sueño?

Me parece bien, al menos para países que no pueden competir a nivel europeo porque hay equipos muy poderosos. Es muy buena competición, pues el jugador sigue jugando a un altísimo nivel y te exige estar al 100% y no relajarte, esas eliminatorias no perdonan. Los países ven así que pueden competir con equipos importantes y si sale bien la experiencia puedan coger más fuerza, reteniendo más jugadores importantes. Seria un punto extra para el Dinamo Tbilisi.

¿A qué aspiras en tu futuro en el fútbol georgiano?

Me gustaría en especial llegar a tocar la competición europea, y ojalá sea con el Dinamo. Siempre me acuerdo de una frase de Andrés Palop, que me dijo que, una vez ganase un título, me acostumbraría y pasaría a ser esa droga que tendré en el fútbol y siempre querré más. Cada vez que gano uno, siempre me lo recuerda y tiene razón. El día a día de un equipo que aspira a un título es muy especial. Es el hecho de competir contigo mismo para un premio final, que es ser campeón. Ojalá pueda estar de aquí a que me retire en proyectos que puedan aspirar a eso, aunque al final el camino dictamina si me desvío o no. Me quedo con la espina clavada de no poder hacer esto en mi país, algo al alcance de muy pocos. Sin embargo, aquí estoy muy feliz, el club tiende la mano para todo yo igual para ellos. Siempre hemos ido de la mano.

Tras ganar dos ligas con el Dinamo Tbilisi, Víctor Mongil ha empezado recientemente su tercera temporada liguera. Ahora, tratará de seguir sumando experiencias en su carrera para seguir aspirando a lo máximo.