Análisis del gran triunfo de Márquez en el Gran Premio de Argentina

El Gran Premio de Argentina, en Termas, suspendido por coronavirus

El Gran Premio de Argentina, en Termas, suspendido por coronavirus / EFE

Josep Viaplana

Josep Viaplana

El Gran Premio de Argentina fue una pesadilla para <strong>Marc Márquez </strong>en 2018. Aquello le quedó clavado como una espina y no ha parado hasta reparar sus errores con la pole y una gran victoria, incontestable, en su visita este fin de semana al circuito de Termas de Río Hondo.

1. Una estrategia para evitarse los líos

Marc Márquez y sus más allegados le habían dado muchas vueltas a esta carrera, en la que tradicionalmente ha ganado o no ha puntuado. Con la de ayer suma ya tres victorias en seis participaciones en la clase reina, cinco poles, refrendando que junto a Austin el trazado de Termas de Río Hondo se adapta perfectamente a sus características de pilotaje. Pese a ello, aquí siempre se ha metido en líos y esta vez, con la experiencia del año pasado, que acumuló una carrera tremendamente complicada, quería evitarlos a toda costa.

Desde el primer entrenamiento libre a la última vuelta de la carrera estuvo muy centrado, absolutamente concentrado y con las ideas claras. Pese a que  no es su estilo, decidió una vez comprobado su ritmo y el de sus rivales, ya patente sobre el asfalto el viernes, que trataría de hacer una carrera en solitario y que si alguien quería seguirle tendría que jugársela en las primeras vueltas, con los neumáticos fríos y la moto cargada de combustible. Les cogió a contrapié y a un ritmo de segundo por vuelta les dejó en evidencia. Lo bordó.

2. El aplastante dominio de Márquez

Marc Márquez hizo toda una exhibición en Termas de Río Hondo, donde además de anotarse la primera victoria de la temporada logró la pole position y fue el más rápido en todas las sesiones de entrenamientos exceptuando el FP2, donde mientras sus rivales buscaban un tiempo él se dedicó a preparar la carrera con carga de gasolina y ruedas usadas.

El de Cervera vivió una carrera plácida, lejos de los duelos al límite a los que nos tiene acostumbrados. Arrancando desde la pole, conservó el liderato en la salida y desde que se apagaron los semáforos se escapó, sin paliativos. Con un ritmo impresionante, siendo un segundo por vuelta más rápido que el resto de sus adversarios, se dedicó a aumentar su renta progresivamente hasta cruzar como vencedor bajo la bandera a cuadros. El catalán consiguió la victoria con mayor margen de su vida en MotoGP a pesar de ralentizar en el tramo final ante el desespero de su propio equipo. La clave estuvo, obviamente en su capacidad de concentración y, sobre todo, en su determinación.

3. Rossi disfruta de la segunda juventud

Si hay una fecha que está marcada en rojo en el calendario de MotoGP es la del 31 de marzo de 1996, el día que Valentino Rossi debutaba en el campeonato del mundo con 17 años. Dentro de la estructura de Gianpiero Sachi, en la categoría de 125, hizo su premiere en el circuito de Shah Alam, en Malasia, no lejos del actual de Sepang y que fue víctima de la especulación urbanística.

‘Il dottore’ celebró ayer por todo lo alto estos 23 años de dedicación al motociclismo, en los que con sus nueve títulos se ha convertido en todo un mito a nivel mundial. El podio que consiguió Valentino en Argentina, tras salir airoso de una cerrada lucha con Andrea Dovizioso por la segunda plaza, refrendan que aún tiene cuerda para rato y, sobre todo, que es competitivo. Disfrutando de una segunda juventud a sus 40 años, el de Tavullia aglutina la cifra de 234 podios en el Mundial: 115 victorias, 67 segundos y 52 terceros. Tiene contrato con Yamaha por lo que queda de este año y otro más.