El Rayo sucumbe ante la tormenta rojiblanca

El Rayo se hizo pequeño ante la abrumadora tormenta ofensiva perpetrada por el Atlético de Madrid. El conjunto rojiblanco sacó los colores a sus vecinos franjirrojos, que se limitaron a contemplar cómo, uno a uno, se sucedían los siete goles que terminó reflejando el electrónico de Vallecas. Griezmann, Memphis, Molina, Morata, Correa y Llorente fueron partícipes de la mayor goleada a domicilio de los colchoneros en la historia de LaLiga, que les sitúa como firmes candidatos al título doméstico.

No se puede decir que la propuesta inicial de Francisco no fuese valiente. Sus futbolistas saltaron al césped sin complejos, decididos a jugar de tú a tú contra sus vecinos, pero pagaron cara su osadía en los dos primeros minutos. Griezmann, con ganas de reivindicarse tras dos jornadas de sequía, firmó el primer tanto de los colchoneros a pase de De Paul.

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El gol del 'Principito' tan solo fue el preludio del vendaval ofensivo que se avecinaba. El Atlético de Madrid no tardó en poner bajo asedio el área defendida por Dimitrievski, al que Memphis puso a prueba poco después del saque de centro. No tardó el neerlandés en dar el segundo zarpazo al electrónico, tras culminar una jugada de tres pases en la que intervinieron Hermoso y Saúl. Aridane se durmió en el momento de interceptar el envío del ilicitano.

Todo estaba saliendo a pedir de boca para los de Simeone hasta que llegó un duro revés en forma de lesión. Pasada la media hora del encuentro, Memphis se llevó la mano a la parte posterior de la pierna tras notar un pinchazo a la altura del glúteo. Morata, sin apenas tiempo para calentar, salió del banquillo para sustituir al neerlandés.

La lesión de Memphis fue un jarro de agua fría, pero Nahuel Molina hizo la mala noticia algo más llevadera. Catapultado por un pase en profundidad de Rodrigo De Paul, el argentino cabalgó por el flanco derecho antes de plantarse solo en área contraria y definir entre las piernas de Dimitrievski.

El Rayo Vallecano pedía a gritos un tiempo muerto, y el paso por vestuarios le permitió frenar la hemorragia. Las llegadas rojiblancas fueron minimizadas e incluso crearon algo de peligro en área contraria. La tormenta había amainado, pero no finalizado.

Morata, con un doblete, y Correa, con una preciosa vaselina que castigó el fallo de Dimitrievski, elevaron a seis la ventaja del Atlético y, de paso, presentaron candidatura para ser titulares la próxima jornada. Llorente puso el broche de oro a una noche para el recuerdo en Vallecas.