El histórico pleno brasileño en las competiciones continentales

Por primera vez, todos los finalistas de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana serán equipos del Brasileirao

El incontestable dominio de los clubes brasileños en Sudamérica responde principalmente a motivos financieros

Bruno Henrique y Gabriel Menino se verán la caras en la final de la Libertadores

Bruno Henrique y Gabriel Menino se verán la caras en la final de la Libertadores / César Greco

Joaquim Piera

Joaquim Piera

En la Sudamérica futbolística solo se habla en portugués. Palmeiras-Flamengo, en la Copa Libertadores, y Ath. Paranaense - Red Bull Bragantino, en la Copa Sudamericana, decidirán, en noviembre en el estadio Centenario (en Montevideo) los dos campeones continentes de la temporada en Sudamérica. Nunca hubo hasta ahora un pleno de finalistas de un mismo país. Son cuatro brasileños, lo que garantiza un tercer título para 'o país do futebol': la Recopa Sudamericana 2022.

El dominio brasileño no es puntual, sino una tendencia que ha ido a más en los últimos años, coincidiendo con dos factores: la extensión de las competiciones continentales en Sudamérica a los dos semestres del año (lo que premia a los equipos con capacidad de gestionar proyectos más allá del inmediatismo de seis meses) y el aumento de participación de equipos brasileños y argentinos (hasta siete representantes, tres de los cuales van a la fase previa).

Por segundo año consecutivo, habrá una final de Libertadores 100% brasileña (el Palmeiras se impuso al Santos en la última edición). Es más, este año solo el Barcelona, de Guayaquil, fue capaz de hacerse un hueco en las semifinales donde había los tres grandes brasileños del momento: At. Mineiro, que es quien domina la liga local, el Flamengo, vencedor continental en 2019, y el Palmeiras, vigente campeón.

Es un monólogo del gigante sudamericano, que, en 2022, aún puede ser más intenso, ya que habrá nueve brasileños en la Copa Libertadores: el campeón del torneo que salga de la final del 27 de noviembre, el campeón de la Sudamericana (la final está programada el 20 de noviembre), los seis primeros del Brasileirao, más el campeón de la Copa do Brasil.

SE ROMPIÓ LA PARIDAD ARGENTINA-BRASIL

Esta temporada, seis brasileños y seis argentinos disputaron la fase de grupos de la Libertadores, pero el rendimiento de unos y otros ha sido bien diferente. La clave de todo está en las finanzas. Aunque el real brasileño se haya devaluado, y mucho, durante en el gobierno genocida de Jair Bolsonaro, los grandes clubes tienen una fortaleza económica que no hay en otros países del continente.

El Flamengo es un caso a ser estudiado por su buena gestión. Bajo la presidencia de Eduardo Bandeira de Mello, el club más popular del país empezó un plan de saneamiento económico, que contó ventas muy importantes como las de Vinicius Jr y Reinier al Real Madrid, y la de Lucas Paquetá, al Milan, que inyectaron 135 millones de euros.

El Palmeiras y el At. Mineiro, por ejemplo, cuentan con patrocinadores-mecenas muy fuertes que aportan el capital necesario para afrontar grandes contrataciones. El Galo, por ejemplo, esta temporada ha fichado a Hulk y Diego Costa con salarios propios del fútbol europeo.

No es ninguna casualidad que la final de Libertadores enfrente los dos últimos campeones, ya que tanto el Mengao como el Verdao están económicamente estabilizados desde 2018 y se han repartido los principales títulos en el contexto local e internacional.

Y el Bragantino, por su parte, pasó de ser un equipo de segunda fila a ser una potencia desde que fue comprado por Red Bull y se convirtió en su principal brazo deportivo en el continente. En tres temporadas, el conjunto paulista ha pasado de disputar la Serie B a ser finalista continental.

Los clubes brasileños no solo repatrían a sus estrellas más veteranas (David, Luiz, Willian, Renato Augusto, Filipe Luis, Diego, Felipe Melo...), mantienen a jugadores de alto nivel con calidad para estar en la Seleçao (Dudu, Gabigol, Everton Ribeiro...), sino que además atraen el talento continental descapitalizando a rivales de otros países (Nacho Fernández, De Arrascaeta, Zaracho, Eduardo Vargas, Gustavo Gómez..).

Ante todo ello, ¿qué hará la Conmebol? ¿tomará alguna medida correctora o dejará que la ley del mercado dicte los destinos del fútbol continental de clubes?