Opinión

¿Tiene mérito la liga del PSG?

Luis Enrique dando indicaciones en el partido ante el Lorient

Luis Enrique dando indicaciones en el partido ante el Lorient / LAP

El PSG evidencia la cruda realidad de la liga francesa. Aunque Luis Enrique se ha esforzado en afirmar lo contrario, muchos siguen pensando que la Ligue 1 es una ‘liga de granjeros’ porque 'su' PSG la tiene atada muy en corto, y no con una correa cualquiera, como mínimo, es de Louis Vuitton. Con el 'pinchazo' del Mónaco en Lyon, el 'juguete' de Al-Khelaïfi ganó su tercera liga consecutiva y la décima en las últimas doce temporadas. ¿Mérito de los parisinos o falta de competencia real? Esa es la cuestión.

El PSG juega al FIFA en dificultad amateur. Tan solo pierden si se distraen y no hacen caso a lo que está pasando. Por eso, tras firmar el peor arranque en liga desde la llegada de Qatar al club en 2011, con ocho de los primeros quince puntos posibles, han acabado ganando la competición tres jornadas antes de bajar el telón. No es hacer los deberes a última hora, es empezar a hacerlos tarde y acabarlos el primero de la clase.

¿Qué supone todo ello para el espectador? Aburrimiento. Son varios los aficionados en París que ya no celebran las ligas, tan solo esperan a que el equipo bese la gloria en Champions. En Francia nadie le tose al PSG. No lo hace el 'fair play' financiero, que consiguen 'regatear' cada temporada, menos lo harán equipos que valen hasta más de 20 veces menos.

Y lo de 20 veces menos no es una exageración. La plantilla del PSG está tasada, según 'Transfermarkt', en 1,02 mil millones de euros. La del Metz, la más humilde de toda la categoría, en 45,7 millones. Sí, es pasar de cero a cien. Pero la del Mónaco, segunda más cara de la Ligue 1, vale 347 'kilos', casi tres veces menos. Sigue siendo preocupante.

Una cruda realidad en Francia, y esto es irrefutable, que pagan muy cara los 17 participantes restantes. Sin inyecciones económicas astronómicas, el resto de 'mortales' son incapaces de retener el talento que atesoran porque no pueden ofrecer proyectos ganadores. Jugar en Francia y hacerlo en un club que no sea el PSG es pelear, como mucho, para quedar segundo. Ya lo dicen, el segundo es el primero de los perdedores, y a nadie le gusta perder.

Los jugadores ven la competición como un trampolín para 'huir' a otras ligas. Doku, Tchouaméni, Bernardo Silva, Osimhen, James Rodríguez, Lemar... La lista es interminable. No hace falta hablar del gasto que hace el PSG cada mercado. Os ahorraré tiempo recitando datos: muchísimo más que todos sus competidores, tanto en verano como en invierno.

¿Qué significa esto? Mientras el resto de equipos pierden a sus estrellas cada año, el PSG las trae de todos los rincones del planeta, si es que no se las birlan directamente a sus competidores, como pasó con el propio Mbappé, que, por cierto, cuesta más que la mitad de las plantillas de la liga.

Luis Enrique ha cumplido con el mínimo exigible en París: ganar la liga. Dicen que la competición doméstica es el torneo de la regularidad, el que premia al equipo más constante, 'comprándola' como un buen termómetro para medir el nivel de un equipo durante todo el curso. ¿Tiene mérito aprobar un examen conociendo las respuestas previamente? ¿Sirve la Ligue 1 para valorar la temporada de un PSG que no tiene oposición? Por eso, desde 2011, la vara de medir en el Parque de los Príncipes es siempre la Champions.