El Espanyol le saca los colores a un triste Barça

El Barça sigue empeñado en demostrar que también puede ser un mal equipo. Y ante el Espanyol lo demostró con claridad. Quien siga insistiendo en que a este equipo no le pasa nada, que se lo haga mirar

Los dos entrenadores no sorprendieron a nadie con sus alineaciones. Eran las esperadas, quizá con la única salvedad de la presencia de Edmílson en una posición en el centro del campo que Rijkaard otorga también en ocasiones a Motta.

Desde el primer minuto se vio a dos equipos muy diferentes. Uno, el Espanyol, que le ponía las ganas y la garra necesarias para compensar su inferioridad con respecto al rival. El otro, el Barça, como es habitual en él, intentado cortar cualquier intento de ritmo rápido jugando al xino-xano. Mucho toque, mucha posesión, pero nada de gol.

El partido empezó con mucho ritmo porque el Espanyol así lo quiso y porque el Barça, de entrada, se contagió del mismo. Las primeras ocasiones fueron para los locales. En el minuto 4, De la Peña lanzó una falta, nadie remató y Valdés, muy atento, detuvo el balón. Y en el 7' fue Riera quien disparó y Valdés volvió a detener la pelota.

El Barça, a falta de otras virtudes, se refugiaba en las jugadas a balón parado. En el minuto 10, Ronaldinho lanzó una falta directa bastante lejana y mandó el balón al larguero. La ocasión pareció que asustaba al Espanyol y daba alas al Barcelona. En el minuto 12, Kameni detuvo bien un centro-chut de Belletti y en el 20', Gudjohnsen no pudo rematar por poco un buen pase de un Ronaldinho que fue claramente de más a menos en los primeros 45 minutos.

El Espanyol daba la impresión de que lo pasaba mal, pero lo 'solucionó' de la mejor manera: marcando. Sin necesidad de tener el balón horas y horas en sus pies, tuvo suficiente con que Tamudo le amargara de nuevo la vida a Puyol (como casi siempre que se ven las caras) y centrara para que Luis García, excelente, rematara lejos del alcance de Víctor Valdés. Era el 1-0. Y el Espanyol aún pudo marcar el 2-0 en el minuto 40, cuando Rufete no pudo llegar por poco a rematar un centro de Tamudo.

En los últimos minutos del primer tiempo, el Barça buscó el empate. Gudjohnsen no pudo aprovechar dos ocasiones rematando primero fuera y después mal al cuerpo de Kameni. Y ya en tiempo añadido, Ronaldinho lanzó una falta y el portero del Espanyol, despejó el balón. Con el 1-0 se llegó al descanso.

El segundo tiempo se inició con Saviola en el campo en sustitución de un desacertado Giuly. Y el jugador argentino volvió a demostrarle a Frank Rijkaard que por mucho que siga pasando de él (que no fuera titular contra el Espanyol después del partido en Vitoria demuestra que para el técnico jugar bien no sirve para asegurarte la titularidad) él va a lo suyo: marcar goles. En el minuto 14, él solo se inventó una jugada individual, que culminó con un buen disparo ante el que nada pudo hacer Kameni. Era el 1-1.

El Barça entraba de nuevo en el partido, pero poco le duró la alegría. En el minuto 20, Sergio Sánchez, que acaba de entrar por Velasco, entró por su banda, centró y Tamudo, de cabeza remató al fondo de la portería, mientras que a unos Puyol y Márquez dormidos sólo les faltó aplaudir el gol.

El Barcelona encajó mal el gol. Entre otras cosas porque poco antes, Rijkaard hizo uno de sus cambios que sólo entiende él y dio entrada a Motta por Gudjohnsen. Está bien que quisiera reforzar el centro del campo, pero con el cambio dejaba el equipo cojo si, como pasó, el Espanyol volvía a marcar.

El Espanyol, por el contrario, se acabó de meter más aún si cabe en el partido. Y Pandiani, que acababa de entrar por un cansado Tamudo, pudo marcar el 3-1 que hubiera sentenciado el match. Lo tuvo en dos jugadas. Primero en un rápido contraataque que culminó con un disparo que salió fuera (70'). Y después con un buen remate de cabeza (75') que acabó con el balón en el travesaño.

También De la Peña pudo sentenciar pero no acertó a rematar un rápido contraataque. El partido estaba roto. La pelota iba de una portería a otra pero el Barça demostraba que no tenía efectivos suficientes para rematar. Ronaldinho, ausente muchos más minutos que presente, disparó fuera, demasiado cruzado, en el minuto 33.

El Barcelona lo siguió intentando en los últimos minutos, pero Rijkaard siguió poniéndole palos a las ruedas y cuando se lesionó Iniesta no se le ocurrió otra cosa que dar entrada a Oleguer. El sabrá... Total, que en el último cuarto de hora, el Barça fue incapaz de ni siquiera chutar una vez a portería. El Espanyol, por el contrario, volvió a tener el gol cerca con un buen remate de cabeza de Pandiani que obligó a Valdés a mandar el balón a córner. Y lo inevitable llegó. Otro contraataque rápido y Rufete, solo, que marcó el 3-1 definitivo.

En definitiva, victoria más que merecida del Espanyol ante un Barça más que preocupante. Hace más de un mes que no gana un partido de Liga, desde que lo hiciera el 10 de diciembre en casa ante la Real Sociedad. Rijkaard hace aguas, a Ronaldinho le da igual que le den descanso que él sigue ausente. Y cualquier equipo que, como el Espanyol, corra y le ponga garra, puede hoy en día ganar a un equipo que no hace mucho hacía el mejor fútbol del mundo. ¡Qué tiempos aquellos!

RCD Espanyol: Kameni; Velasco (Sergio Sánchez, 60'), Jarque, Torrejón, Chica; Rufete, De la Peña (Jonatas, 81'), Moisés, Riera, Luis García y Tamudo (Pandiani, 67').

FC Barcelona: Valdés; Belletti, Puyol, Márquez, Gio; Xavi, Edmílson, Iniesta (Oleguer, 84'); Giuly (Saviola, 45'), Gudjohnsen (Motta, 62') y Ronaldinho.

Arbitro: Arturo Dauden Ibáñez. Tarjetas amarillas a Rufete (32'); Márquez (43'); Velasco (45'); Tamudo (57'); Puyol (61'); Luis García (72'); Moisés (73'); Pandiani (82'); Riera (83'); Sergio Sánchez (86')

Goles:

1-0, Luis García (30')

1-1, Saviola (59')

2-1, Tamudo (65')

3-1, Rufete (90')

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