El truco para reparar los arañazos del coche con rapidez y por poco dinero

No importa si dejamos el coche aparcado en la calle cada día o si contamos con una plaza de garaje. Tarde o temprano, ya sea por nuestra culpa o por la de otro conductor, vamos a sufrir un desperfecto en la pintura.

Son traicioneros, repentinos y antiestéticos. Un día tienes tu flamante coche perfectamente brillante y resplandeciente y al día siguiente un inesperado arañazo lo señala y afea.

Los parachoques, espejos retrovisores y las esquinas son los lugares más susceptibles. Por suerte, no siempre es necesario llevar el automóvil al taller para arreglarlo.

Bien es cierto que los arañazos pueden ser más o menos alargados y más o menos profundos y algunos permanecen de manera indeleble hasta que lleves el coche a un taller de chapa y pintura. 

Sin embargo, hay otros que se pueden corregir, o al menos, disimular. Hay diversas soluciones para hacerlo sin que tengas que dejarte una gran suma de dinero.

El problema principal está relacionado con el color de la carrocería. Los de tonos como blanco, negro o gris tienen acceso a más opciones, pero si se trata de colores vivos o un poco exóticos será más complicado encontrar algo para arreglar el desaguisado.

La solución más sencilla es utilizar rotuladores cuya función es, específicamente, la reparación de arañazos. Es una solución rápida para reparar rasguños pequeños. A favor, la sencillez de uso y su precio.

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Este bolígrafo mágico puede reparar rápidamente los rasguños en la pintura del automóvil. La pintura es absorbida por el metal y se hace resistente al agua cuando se seca, así que nadie descubrirá tu truco cuando llueva. Lo mejor es que gracias a su pequeño tamaño, podrás llevarlo siempre encima.

Estos no son rotuladores al uso como los que usábamos en el colegio. El producto es similar a la pintura que utilizamos de forma normal para el vehículo, aunque en una cantidad muy pequeña.

Al cubrir con pintura la superficie del arañazo hacemos que ya no se vea el color oscuro de la carrocería, aplicando un color similar al de la pintura de nuestro vehículo. Lógicamente, no es el mismo color, y lo que estamos haciendo es simplemente disimularlo.

No obstante, con una serie de procesos adicionales podemos conseguir que se parezca mucho. Para empezar, al ser un rotulador de pintura, lleva disolventes. Hay que agitar durante unos minutos este rotulador para que se mezclen bien todos los productos en el interior, y aplicarlos de manera uniforme. Aunque no es lo único a tener en cuenta.

Y es que los pasos que casi siempre se saltan los compradores son los de lijar superficialmente la superficie después de pintar, y aplicar un poco de cera. No se trata de hacerlo como un profesional, solo hay que lijar un poco la pintura que hemos aplicado, con una lija suave y agua.

Después aplicamos una capa de cera para darle brillo y protección, y será difícil que una persona a una distancia de dos metros sea capaz de diferenciar el arañazo.