El Espanyol deja escapar el primer triunfo de la temporada

El gol de Alberto Quiles en el tiempo de descuento amargó la primera noche del Espanyol en Segunda División. El tanto de Fernando Calero y los dos penaltis detenidos por Fernando Pacheco no fueron suficientes para que el conjunto blanquiazul celebrase la primera victoria de la temporada. El punto, a pesar de ser obtenido en el siempre difícil Carlos Belmonte, deja un regusto amargo.

El demoledor inicio del Espanyol sirvió como aviso para navegantes: los blanquiazules no quieren pasar más tiempo del necesario en la categoría de plata. Melamed el primero, ya que apenas necesitó dos minutos para protagonizar una gran acción individual y estrellar un balón contra el travesaño. De nuevo el '21' blanquiazul y Lazo dispusieron de dos buenas ocasiones para abrir la lata.

El Burgos firma un empate que se queda corto ante el Huesca

El dominio inicial de los de Luis García era abrumador, pero este se fue diluyendo con el paso de los minutos. El Albacete comenzaba a pisar área contraria con asiduidad, y su insistencia se vio recompensada en forma de penalti. Fuster lo ejecutó a las mil maravillas, pero se encontró con una descomunal intervención de Pacheco.

El Espanyol tenía una vida extra, y Calero se encargó de aprovecharla. En una jugada digna de un delantero con instinto goleador, el central se deslizó a ras de suelo para empujar al fondo de la red un esférico peinado por Cabrera. Pero el carrusel de emociones no había hecho más que empezar. En la acción inmediatamente posterior al tanto inaugural, Lazo sacó la mano a pasear en su área, provocando el segundo penalti a favor del Albacete.

Fuster y Pacheco volvieron a ser los protagonistas de la partida de póker que se estaba jugando en el área blanquiazul. Las cartas del centrocampista se habían desvelado en el lanzamiento anterior, por lo que, en un intento de desconcertar al guardameta, cambió el lado de su disparo. No funcionó el juego psicológico, ya que Pacheco volvió a adivinar sus intenciones y detuvo la pena máxima.

Tras el paso por vestuarios, tocó ponerse el mono de trabajo. El Espanyol estaba satisfecho con el resultado, y esto derivó en un peligroso conformismo que dio alas al Albacete. Los manchegos estaban merodeando el gol, pero Óscar Gil y Cabrera les privaron del empate con dos intervenciones consecutivas en línea de gol.

Los blanquiazules estaban jugando con fuego, y terminaron quemándose. Entrados ya en el tiempo añadido, Alberto Quiles aprovechó en el interior del área para recoger un rechace y firmar las merecidad tablas.