Euforia justificada en el Barça: un mes y medio de paz

Rueda de prensa de Xavi Hernández

Rueda de prensa de Xavi Hernández

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Descompresión. Esta es la palabra que mejor define el estado de ánimo del Barça en estos momentos. Después de muchas semanas (incluso meses) de tensión, el parón por el Mundial permite tomar aire. Con el alivio que supone ser líder, como mínimo, hasta después de Navidad. Si la victoria en Pamplona se celebró con euforia en el vestuario (y en los despachos) fue, precisamente, porque significaba asegurarse más de un mes y medio de tranquilidad. Un bien extremadamente preciado en un club que vive en una convulsión permanente. El triunfo épico ante Osasuna, rodeado de circunstancias adversas, generó una explosión de satisfacción que poco tiene que ver con la realidad futbolística, pero que se entiende desde el impacto psicológico que supone encabezar la Liga por delante del Madrid tras el fracaso de la Champions. Fue una victoria muy trabajada, basada en el esfuerzo, el compromiso y la convicción del equipo. Una victoria de familia, según la propia definición de Xavi. Y es que el entrenador no dudó ni un segundo en unirse a los cánticos de júbilo. 

Xavi, más que nadie, se sintió liberado después de toda la presión que ha tenido que soportar en estos tres primeros meses de temporada. La presión de los socios, los aficionados y el entorno, ávidos de títulos, y la presión de Laporta, que exige resultados después de su valiente apuesta al ‘todo o nada’. El técnico ya sabía a lo que se enfrentaba cuando aceptó sentarse en el banquillo del Barça (el día 20, precisamente, cumplirá un año), pero el camino de la reconstrucción está siendo más largo y más complejo de lo esperado. Y todavía no ha terminado. El liderato en la Liga es un impulso para el proyecto. Por supuesto. Aunque queda mucho trabajo por hacer hasta conseguir que este Barça sea también competitivo en Europa.

El triunfo de Pamplona, insisto, ha pacificado todos los estamentos del barcelonismo. Hay que aprovechar esta circunstancia favorable para avanzar sin prisas en la transformación inacabada de la plantilla. En el mercado de invierno se intentará reforzar el equipo con un par de fichajes si el ‘fair play’ financiero lo permite. La marcha de Piqué (el Barça se ahorra un año y medio de una de las fichas más altas) es, sin duda, un alivio. Pero no hay suficiente. La masa salarial continúa siendo excesiva y puede que se intente negociar alguna salida/traspaso. Por fortuna, podrá hacerse sin urgencias. Gracias a los tres puntos épicos conseguidos ante Osasuna...