Opinión

El decisivo puñetazo de Xavi

Xavi, en el partido disputado en Dallas por el Barça ante el América

Xavi, en el partido disputado en Dallas por el Barça ante el América / EFE

Llevaba demasiado tiempo tapando a sus futbolistas. Lo hacía para protegerles, para no romper la armonía del vestuario y para mantener esa cordialidad familiar que siempre ha pregonado. Sin embargo, ni Xavi es tonto ni se está dejando la piel en el proyecto más importante de su vida para que le tomen el pelo.

La primera parte del último partido en Montjuic fue inadmisible. Lo vio Xavi y la afición y solo queda la duda de si algunos de sus futbolistas lo detectaron o lo hicieron a propósito. Fue una vergüenza. Así que Xavi decidió finiquitar el triste espectáculo dando un puñetazo sobre la mesa. Allí acabó todo y, posiblemente, también empezó todo. Esos lamentables 45 primeros minutos sirvieron para que dijera basta. Se acabó. Ningún miembro de la plantilla podrá quejarse de que Xavi no lo ha intentado por la buenas. Pues no, parece que algunos reclaman mano dura.

La actual plantilla es mejor que la de la anterior temporada. Cuanto menos, hay futbolista de más calidad. Nadie puede dudar de la clase de Gündogan, Cancelo o Joao Félix y, sin embargo, el rendimiento del equipo está siendo infinitamente inferior. Es verdad que el técnico puede haber cometido errores, pero lo inadmisible es que la actitud de ciertos jugadores. De poco sirve que determinados futbolistas realicen tres o cuatro jugadas excelentes o marque algún que otro gol si el resto de los 90 minutos se pasean o muestran una actitud impropia de un jugador del Barça. A partir de ahora equivocarse estará permitido, pero mostrarse apático, desganado o inactivo será castigado.

Si alguien tenía dudas de la personalidad de Xavi, esta quedó demostrada en la última rueda de prensa. Allí dijo exactamente lo que pensaba. Lo que todos veíamos desde hace tiempo. Quizá ha hecho bien actuando de esta manera protectora, pero todo tenía un límite.

Queda tiempo para la reacción y para la esperanza. Hay cuatro títulos en juego. El cambio de ritmo de Xavi tras el Almería demuestra que tenía detectado el problema. Xavi se ha plantado a tiempo. Confiemos en él. Bon Nadal.