Pat Summitt, la pionera del baloncesto

Summitt (derecha), la pionera del baloncesto femenino en EEUU

Summitt (derecha), la pionera del baloncesto femenino en EEUU / AFP

Aniol Estebanell

Aniol Estebanell

Era pasión, era constancia, era tradición. Pat Summitt, que nos dejó durante el último verano a la edad de 64 años, fue la figura femenina más importante en la historia del baloncesto.

La legendaria entrenadora de la Universidad de Tennessee pasó a la posteridad al convertirse en la mentora con más victorias en la NCAA (1098) y por ser la primera capaz de llevar a su equipo hacia una temporada perfecta con 39 victorias y ninguna derrota.

Summitt, sin embargo, destacó también por el amor que profesó hacia el deporte que inventó Naismith y la relación tan íntima que desarrolló junto a las 161 jugadoras que entrenó a lo largo de los 38 años que se pasó al frente de las “Lady Vols”.

Hija de una familia rural a las afueras de Clarksville, a unos 70 kilómetros de la capital, Nashville,  fue su padre quien hizo posible que “Bone” (como se la conocía de pequeña), jugase a baloncesto. Richard Head trasladó a toda la familia hacia la ciudad para que Pat pudiese ir a una universidad con equipo femenino de baloncesto.

Richard, un granjero de tabaco rudo y silencioso, capaz de mover a toda su familia para ver feliz a su hija, era, a la vez, el hombre más duro del mundo. La misma entrenadora, años después, al ganar un título NCAA, admitió en rueda de prensa que su padre le había dado un beso: “Hace 43 años que no pasaba una cosa así” dijo Summitt.

Pese a que no era ninguna estrella, sus compañeras de equipo la recuerdan en la cancha como una gran defensora y el destino, tras una lesión, le obligó a colgar las zapatillas y a dirigir al equipo cuando tenía tan solo 22 años.

Una mujer en un puesto de hombres

A Summitt se la recuerda por la intensidad con la que vivía cada partido y que transmitía a sus jugadoras. En un artículo sobre esta leyenda de los banquillos, que publicó en la NBC el periodista Joe Posnaski comenta: “Durante una derrota obligó a sus jugadoras a no quitarse la vestimenta de baloncesto. Cuando volvieron a Tenesse, las llevó al gimnasio y les dijo: “Vamos a entrenar los 40 minutos que no hemos jugado antes”.

De Patricia Sue Head-Summitt hay anécdotas y frases a granel. Una de las más punzantes y que escenifican su visión particular del baloncesto es la siguiente sobre la facultad de competir: “Cuando decides ser un competidor, decides ser un superviviente. Cuando decides competir, tomas la decisión consciente de descubrir cuales son tus límtes reales, no los que tú piensas”.

Durante sus 38 años como entrenadora jefe, Summitt aun conserva el récord con más victorias cosechadas, 1098. Ganó 8 campeonatos de la NCAA, los dos últimos en 2007 y 2008, contra las Huskies de Geno Auriemma como máximo rival.

Con su mirada penetrante, icono de esta mujer de hierro, dejaba tanto a los árbitros como a sus jugadoras petrificadas. Tanto daba si eras la más mala del equipo como la estrella. Summitt se regía por la justicia y era capaz de dejar a una joven Candance Parker, si su comportamiento no había sido el adecuado, en el banquillo.

La actual MVP de las finales de la WNBA, que le dedicó el trofeo a su difunta entrenadora en Tenesse, fue también la jugadora más valorada en las Final Four de la NCAA en los títulos que consiguió con su universidad.

El único partido que nunca ganó

Pat  Summitt dejó el puesto de entrenador al terminar la temporada 2011-12. Ese mismo año había anunciado que padecía Alzheimer y,  pese a que terminó la temporada, se vio con la obligación de dar un paso al lado.

Sin embargo, hasta junio de 2016, cuando perdió el partido más importante de su vida, estuvo luchando contra la enfermedad y hasta creó su propia fundación, con la que intentó recolectar dinero para la investigación de esta afección degenerativa.

Hoy, 8 de marzo, día Internacional de la Mujer, aprovechamos para rendir homenaje a una pionera del deporte que tanto amamos y que, en gran parte, ella es la razón por la que el baloncesto es tan maravilloso hoy en día.