Elecciones en Cataluña

Vox resiste con 11 escaños pero pierde el pulso frente al PP en las elecciones de Cataluña

La extrema derecha de Ignacio Garriga mantiene la representación en el Parlament, aunque los populares le superan con tres diputados más y le arrebatan la hegemonía de la derecha antiindependentista

Abascal: "Parece que matar a Vox no va a ser tan fácil"

Sara Fernández

Jordi Ribalaygue

Vox ha resistido a la gran escalada del PP en las elecciones catalanas de este domingo y mantiene los 11 escaños con los que entró por primera vez en el Parlament en 2021. No obstante, el partido de extrema derecha cede la hegemonía del conservadurismo antiindependentista en la Cámara, que vuelve a manos de los populares. Pese a caer de la cuarta a la quinta plaza en el Parlament, Ignacio Garriga ha logrado que la fuerza de Santiago Abascal retenga su peso en Cataluña, cosechando 29.000 votos más y sin desinflarse ante el PP, que le supera con tres escaños más y se rehace de sus horas más bajas.  

Garriga ha interpretado que Vox "se consolida como fuerza política en Cataluña" y Abascal ha valorado que conserve el número de representantes como un "buen resultado". El presidente de la formación ha dicho ver "un pequeño rayo de esperanza" en que el independentismo pierda la mayoría, si bien no se ha alegrado ni mucho menos de la victoria de Salvador Illa. "El PSC se ha comportado desde hace décadas como un partido separatista más", ha opinado.   

Vox ya no monopolizará las tesis ultras debido a la irrupción de Aliança Catalana (AC) en la Cámara catalana, aunque Garriga quintuplicará en parlamentarios a Sílvia Orriols. "Ha habido una fuerza separatista que ha dado la razón a Ignacio y ha entrado en el Parlamento. A ver si en el resto también se dan cuenta que Ignacio tiene razón", ha ironizado Abascal.

A Vox y AC les emparentan los postulados que criminalizan a los inmigrantes irregulares y que lanzan sospechas sobre los musulmanes. No obstante, el discurso de Orriols se envuelve en una prédica a favor del unilateralismo independentista, en las antípodas del uniformismo españolista de Garriga. Durante la campaña, Vox ha vinculado inmigración y delincuencia, al mismo tiempo que ha alertado de un supuesto riesgo de "islamización" de Cataluña, una fijación que comparte con la alcaldesa de Ripoll.