¿El último vals de Chris Froome en el Tour?

Es Chris Froome uno de los nombres propios del ciclismo contemporáneo. El británico contempla un palmarés envidiable, a la altura de la nobleza del deporte del pedal. Cuatro veces campeón del Tour, dos veces campeón en España y una vez ganador en el Giro. Siete grandes vueltas sobre sus espaldas. El corredor de origen keniata es el último en haber ganado dos de ellas el mismo año, como hizo en 2017 en París y Madrid. Una verdadera bestia sobre el asfalto, con la tiranía de su potenciómetro y una escuadra (Sky, el ahora Ineos) a la que nadie se atrevía a discutir.

Pero Froome quiere más. Es ambicioso por naturaleza y cree que pese a su edad, cumplirá 36 tacos el próximo mayo, todavía tiene un Tour más en sus piernas. El que sería su quinto. El que supondría hacerse un hueco entre los elegidos que han salido pentacampeones de los Campos Elíseos. Bernard Hinault, Jacques Anquetil, Eddie Merckx y Miguel Indurain. Ahí es nada. 

Froome enfoca su temporada por y para París. Después del asalto frustrado en 2018, donde ganó su compañero de equipo Geraint Thomas, su ausencia en 2019, tras la caída entrenando la crono de la Dauphiné y su bajas prestaciones en 2020 tras la lesión, el ahora en Israel Start-Up Nation anhela el amarillo con toda su alma. 

Su rendimiento, no obstante, sigue siendo toda una incógnita. La fractura del fémur y codo derechos tras estamparse contra un muro en la mencionada Dauphiné le dejó numerosas secuelas físicas. Froome reconoció que en 2020 no alcanzó la fortaleza muscular en sus gemelos de sus piernas que la competición requería. Los entrenamientos en altura y la intensidad de los mismos hacen presagiar que el corredor va por el buen camino, aunque no se sabe si será suficiente para lograr su quinta gesta en la ‘Grande Boucle’.