Remontada heroica del Manchester City para certificar la primera posición

Nunca se puede dar por muerto al Manchester City. Ni en la Champions League. A pesar de mostrar una versión irreconocible en la primera parte y llegar a lamentar una desventaja de dos goles, el conjunto dirigido por Pep Guardiola apeló al orgullo para protagonizar una remontada heroica ante su afición. Haaland, Foden y Julián Álvarez dieron la vuelta al electrónico para doblegar al Leipzig y asegurar el pase a octavos de los 'cityzens' como primeros de grupo.

Si el Leipzig quería tener alguna opción de asaltar el liderato, no le quedaba otra que salir victorioso del Etihad. La tarea, a priori, se antojaba epopéyica, pero su deseo de llevarla a cabo quedo claro desde los primeros compases. El primer aviso corrió por cuenta de Xavi Simons, que aprovechó el espacio generado por él mismo en la frontal antes de armar rápidamente su característico disparo. El intento, para alivio 'Cityzen' se marchó por escasos centímetros.

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La ocasión del exazulgrana sirvió como preludio del vendaval que se avecinaba. Los 'Toros Rojos' se encomendaron a Lois Openda para causar estragos en la zaga del Manchester City, que no supo responder a sus embestidas. El primero en sufrir en sus carnes la potencia del delantero belga fue Akanji, que salió mal parado al intentar interceptar un envío en largo de Blaswich digno del mejor 'quarterback'. La falta de contundencia del suizo propició una situación de mano a mano que Openda se encargó de traducir en gol.

Una vez por delante en el marcador, al Leipzig le esperaba la peor parte: aguantar las incesantes llegadas de los 'Cityzens'. Pero los de Marco Rose habían estudiado a su rival, y lograron reducir significativamente las ocasiones de peligro. Reducir, que no secar, ya que tanto Rúben Dias como Rico Lewis acariciaron el empate.

El City estaba volcado en ataque, y esto generó un escenario en el que Openda se mueve como pez en el agua. En una jugada calcada al gol anterior, el belga arrolló a Rúben Dias en un balón dividido en el centro del campo para armar el contragolpe. Con todo el campo por delante, comenzó a avanzar metros hasta que se encontró con la oposición de Gvardiol, al que superó con pasmosa facilidad antes de volver a batir a Ortega.

Una segunda parte para el recuerdo

Guardiola no es muy dado a hacer cambios, pero el partido lo pedía a gritos. El City estuvo irreconocible durante los primeros 45 minutos, por lo que el técnico de Santpedor introdujo tres cambios en los primeros compases del segundo acto. Aké, Doku y Julián Álvarez saltaron al césped en una clara declaración de intenciones: querían ganar el partido.

El efecto de los retoques no se hizo esperar. Haaland, que ya había acariciado el gol durante la primera parte, aprovechó un pase filtrado de Foden para pisar área y, una vez solo ante Blaswich, definir con un toque sutil que engañó por completo al guardameta y redujo las diferencias a un solo tanto.

El golpe de Haaland inauguró el monólogo ofensivo 'Cityzen'. El Leipzig, que tan valiente se había mostrado a lo largo del partido, tuvo que resignarse a defenderse del asedio. Lo hizo con solvencia hasta que un indetectable Foden rompió la cintura de Simakan para colarse en el área y firmar las tablas.

Los minutos aciagos de los germanos llegaron a su cénit con la lesión de Xavi Simons. El neerlandés, que estaba cuajando un partido a la altura de su excelente temporada, salió mal parado de un choque con Akanji. No pudo seguir, y abandonó el césped entre lágrimas de impotencia por no poder ayudar a su equipo y el temor a una posible lesión de larga duración.

A pesar del considerable golpe anímico, el Leipzig llegó a celebrar un nuevo gol. Este, sin embargo, fue anulado por fuera de juego, lo que terminó por borrar del partido a los de Marco Rose. Ya entrados en los últimos minutos, y tras una brillante acción coral, Julián Álvarez cazó un rechace en el corazón del área para culminar la remontada.