Villar: "Si yo lo hubiera sabido, Negreira no hubiera durado ni un segundo"

El expresidente de la RFEF, Ángel María Villar, fue tajante: "Negreira no tenía poder, en absoluto. No designaba árbitros"

"En el arbitraje no ha habido ningún corrupto. Creo que Negreira tampoco, todavía no se ha demostrado"

Ángel María Villar, este martes en 'El Larguero'

Ángel María Villar, este martes en 'El Larguero' / @ellarguero

German Bona

German Bona

El expresidente de la Federación Española, Ángel María Villar, negó tajantemente conocer los pagos durante su mandato del FC Barcelona a Enríquez Negreira y que el exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros tuviera algún tipo de capacidad para influir a sus colegas en el arbitraje.

"No, en absoluto tenía poder. No designaba árbitros. Había dos sistemas, el ordenador y los tríos. Y él no estaba ni en uno ni en otro. Era uno más de los ocho que estaban allí", dijo Villar en referencia al Comité Técnico de Árbitros.

Añadió que tampoco tenía capacidad para nombrar a los árbitros como internacionales. "Yo elevo a la FIFA la lista cuando me la pasan del Comité".

Reconoció que "todo este caso hace muy mal al arbitraje. Yo pienso que no hay ningún corrupto en el arbitraje. Tampoco lo creo de Negreira, todavía no se ha demostrado"".

Y dejó muy claro que él nunca tuvo constancia de estos pagos: "Si lo hubiéramos sabido tanto Victoriano como yo, el señor Negreira no dura ni un segundo en el Comité. Yo no lo sabía, ¿cómo voy a saber que le están pagando, pongo un detective, a él, a todos?", se preguntó.

"Me dio mucha tristeza, sobre todo por Victoriano, el mejor presidente del CTA de la historia del fútbol español", explicó, y añadió: "Aunque hubieran salido datos no podía haber ninguna relación, ni vender manzanas".

"Rubiales no tuvo autocontrol"

Ángel María Villar también se refirió al 'caso Rubiales'. El expresidente de la RFEF, que estuvo 39 años en el cargo, hizo este análisis: "Faltó autocontrol del presidente. La actitud no fue correcta tocarse las partes en el palco, me afectó muchísimo y lo del beso no me gustó, yo no lo haría, no quiero justificar, pero sí se puede entender perder el autocontrol en ese éxito".

Añadió que "todo lo que vino después fue otra equivocación, algunas veces no nos dejamos asesorar". Y explicó un caso personal para explicar que en casos de éxito y euforia hay que saberse controlar: "A mí me pasó en la final del Mundial en Johannesburgo. Mi mujer me preguntó: '¿Qué te pasa? Me fui al cuarto de baño pegué unos gritos y salí".

Lamentó que las jugadoras "no hayan podido disfrutar del éxito" y se quejó de que "salgan declaraciones completas ante la Fiscalía y nadie diga nada. No me gusta".