Piqué no sería el primer presidente que también fue jugador del Barça

Gerard Piqué abrirá una nueva etapa vital a partir de la próxima semana, una vez que su retirada como futbolista se haga plenamente efectiva tras los partidos del Barça contra Almería y Osasuna. A corto plazo, se podrá volcar en su faceta de hombre de negocios, mientras que a medio y largo plazo queda su sueño confeso de ser, algún día presidente del Barça.

Aunque en su momento llamó mucho la atención la confesión de Gerard Piqué, en realidad no es una situación tan extraña que un exfutbolista llegue a presidir un club; especialmente en los orígenes del fútbol como deporte reglado a finales del siglo XIX y principios del XX, pero también hoy en día -aunque de manera excepcional.

En clave Barça el caso paradigmático es el de Joan Gamper, fundador, futbolista (entre 1899 y 1913), primer capitán (en esa época, con funciones de entrenador) y presidente de la entidad en cinco ocasiones (1908-09, 1910-13, 1917-19, 1921-23 y 1924-25) , varias de ellas en momentos clave para salvar la propia existencia de la institución.

Pero también el primer presidente Walter Wild (en el cargo en el periodo 1899-1901), o su inmediato sucesor Bartomeu Terradas (1901-02), vistieron de corto y se enfundaron la camiseta blaugrana además de ejercer la presidencia.

Paul Haas (1902-1903) fue el primer socio no fundador ni jugador que llegó a la presidencia del club (1902-03), pero Arthur Witty (1903-05), Josep M. Soler (1905-06), Juli Marial (1906-08) o Vicenç Reig (1908). El presidente Otto Gmelin (1909-10) nunca fue jugador del Barça, pero sí que hizo de árbitro...

Con la profesionalización, más difícil

Con el paso de los años fue desapareciendo la figura del futbolista-presidente. La progresiva profesionalización del fútbol, tanto en los terrenos de juego como en la gestión de los despachos, complicaba las opciones de que un socio del club llega a futbolista del primer equipo del Barça y, posteriormente, a la presidencia de la entidad.

Si Gerard Piqué presenta algún día su candidatura a la presidencia y se hace con la confianza de los socios del Barça, el todavía defensa central azulgrana recuperaría una figura, la del presidente exjugador del primer equipo prácticamente centenaria.

Más allá del universo del Barça, en el mundo del fútbol se han dado otros casos de presidente de clubes importantes que antes fueron futbolistas. El de Santiago Bernabéu en el Real Madrid es otro ejemplo paradigmático: fue jugador merengue entre 1913 y 1927 y presidente entre 1943 y 1978.

Un club en el que casi es tradición tener como presidente a un exfutbolista es el Bayern Múnich. Figuras legendarias de la entidad bávara como Franz Beckenbauer, Karl-Heinz Rummenigge y Oliver Kahn han defendido su camiseta y tras retirarse, se enfundaron el traje y la corbata para ocupar el máximo cargo administrativo de la institución.

Dejando a un lado casos históricos de la etapa de los pioneros del Deporte, en el fútbol español hay otros ejemplos, como el de Delfí Geli, exjugador y ahora presidente del Girona FC; o el de Josu Urrutia en el Athletic Club de Bilbao que militó en el equipo rojiblanco (1986-2003) antes de ganar las elecciones a la presidencia (2011-2018).

En otros casos del fútbol español, exfutbolistas profesionales han llegado a presidentes de algunos clubes aunque no hayan defendido esa camiseta en el campo. Por ejemplo, Ronaldo Nazario es propietario y presidente del Real Valladolid desde 2018.

José Francisco Cevallos (Barcelona de Guayaquil), Juan Sebastián Verón (Estudiantes), Daniel Pasarella (River Plate), David Beckham (Inter Miami) o Alexis Lalas (Los Ángeles Galaxy) son otros ejemplos de futbolistas profesionales que llegaron a presidentes de club.