Opinión

No molesten, el Barça está trabajando

Joan Laporta: "Una vez salvado el club, volvemos a competir"

Joan Laporta: "Una vez salvado el club, volvemos a competir" / TUDN

Si el PSG, ese club que combate sus complejos de inferioridad invirtiendo carretadas de millones para parecer feliz, entendiera de qué va esto del fútbol, nunca se le habría pasado por la cabeza utilizar a ‘L’Equipe’ para difundir una de las ‘fake news’ del verano. Es obvio que van pasando los años y los parisinos no se enteran de qué va esta película porque presionar al Real Madrid, que es lo mismo que presionar a Florentino Pérez, asegurando vía voceros que el Barça se ha interesado por Mbappé es de una ingenuidad vergonzante. Al lumbreras que se le ocurrió la idea debió pensar que estaba ejecutando una estrategia brillante, pero el Barça reaccionó rápido desmintiendo tal disparate de forma oficiosa y pública, a través de Rafa Yuste, vicepresidente deportivo, desde la gira por Estados Unidos.

Mbappé es un futbolista que, a lo largo de su carrera, ha demostrado que se mueve única y exclusivamente por dinero. Solo así se entiende que, pese a tener la opción de marcharse al Real Madrid, club que pelea cada temporada por la Champions, decidiera renovar por el PSG, club que, temporada a temporada, hace el ridículo en la Champions. Kylian, es cierto, se rió del Real Madrid, pero se está partiendo la caja con el club que tan generosamente ha engordado su cuenta corriente. Y ese carácter profundamente pesetero es, precisamente, el que le aparta de cualquier posibilidad de vestirse de blaugrana. Básicamente porque el Barça no tiene un duro y lo poco que tiene lo está, por narices, administrando con precisión quirúrgica (dan ganas de no volver a tener nunca un duro para evitar tanto atraco a mano armada a las arcas del club). 

Mbappé, entrenando con el PSG

Mbappé, entrenando con el PSG / EFE

Paralelamente, a Joao Felix le da por declarar su amor eterno a los colores azul y grana. Algo tiene este club que enamora y la prueba también es Gündogan. Lo del portugués es otra muestra más de que el fútbol se ha vuelto loco y algunos de quienes lo protagonizan están de manicomio. Es cierto que a Joan Laporta le encanta Joao, tanto como que su fichaje es una quimera casi tan descomunal como la reunión por Mbappé. La gran diferencia es que el jugador del Atlético se ha tirado a la piscina de cabeza y falta por ver si habrá tiempo durante el mercado de verano de llenarla de agua en forma de cesión. Ahora mismo está vacía.

Fuentes del club, las que hablan, no las que proporcionan agua, apuntan a “una bomba” antes de llegar al 1 de septiembre. Todo está condicionado, por supuesto, a una o dos salidas importantes. No hay prisa, queda más de un mes. Mientras tanto, dejen de molestar que el Barça está trabajando.