Fórmula Wembley para Mestalla

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

"Este chico es muy bueno. El Barça sigue disfrutando de sus visitas a Wembley”. Así reconocían en Inglaterra la última exhibición de Leo Messi y sus compañeros en el legendario estadio londinense, con el que mantiene un idilio desde 1992.

En la Champions, frente al Tottenham (2-4), los blaugrana ofrecieron su mejor versión de la temporada 2018-19 y esa alineación será la referencia a partir de la cual Ernesto Valverde consolidará el once blaugrana que debe arropar al genio de Rosario.

Messi desplegó todo su catálogo futbolístico en una competición y un escenario que lo motivan especialmente. También el Barça, como conjunto, rayó a gran altura. Solo se le pueden reprochar ciertas desconexiones defensivas que, es cierto, pueden costar muy caro en los partidos decisivos de la temporada. Pero estuvieron motivadas casi siempre por errores puntuales de algún jugador. 

Pese a todo, el balance defensivo a nivel colectivo fue bueno, con una presión alta y ejecutada de manera colectiva, y solo puede mejorar cuando dos titulares indiscutibles como Sergi Roberto y Umtiti superen sus lesiones.

La pieza que equilibra

Pero de todos los ajustes introducidos por Valverde, el más remarcable fue, sin duda, la incorporación de Arthur Melo al centro del campo. La incorporación del brasileño equilibró el dibujo táctico y recuperó una imagen del Barça reconocible. Fue un equipo más compacto y mejor dispuesto para atacar y defender a partir del balón.

Es evidente que Arthur tiene que acabar de adaptarse al fútbol europeo, más dinámico y de ejcución más rápida que el sudamericano. Pero su capacidad para asociarse y tener el balón en los pies ayudó a que el Barça pudiera ejecutar su juego de posición de manera efectiva.

Rakitic y Busquets fueron los primeros beneficiados al encontrarse de nuevo con un compañero que es un centrocampista puro, que sabe cuándo debe correr con el balón y cuándo debe hacerlo circular. El siguiente, Philipe Coutinho.

‘Phil’ es un delantero que explota sus arrancadas desde la mediapunta para desbordar o combinar y al pisar área, asistir o disparar. Como se vio en Wembley, su perfil resulta inmejorable para dibujar ese ‘4-4,5-2,5’ por el que apuesta tantas veces Valverde y que, en última instacia, es el hábitat preferido de Leo Messi. 

Dembélé y otras alternativas

Más allá de la complicidad establecida fuera del campo entre Arthur y Coutinho y la mayor parte de los pesos pesados del vestuario, pesa la indudable conexión futbolística. Los brasileños están en la misma sintonía futbolística que Messi y la esperanza es que con el paso de los partidos alumbren una evolución de aquellos ‘tres pequeños’ que desequilibraban los partidos asociándose frente al área rival. 

La aportación de Luis Suárez es básica dentro del área como especialista en el cuerpo a cuerpo con los centrales, para generar espacios y tirar paredes y como cazagoles. Las bandas quedan para las llegadas de Sergi Roberto y Jordi Alba.

En estas circunstancias, Ousmane Dembélé puede ser uno de los damnificados. El joven talento francés interpreta el juego de una manera más anárquica e individual, en cierta forma de la misma manera que vive su vida fuera del Camp Nou.

Una situación similar a la de Arturo Vidal, excelente para despliegues físicos de área a área pero menos dotado para un fútbol que prima la posesión y la posición. Ya mostró su disgusto por la última suplencia. Serán alternativas de lujo para cambiar la dinámica de los partidos.