Bojan confiesa que ha sentido "muy solo" en su carrera deportiva

El jugador reconoce sus problemas mentales en su carrera futbolística

"La soledad ha estado ahí en toda mi carrera", confiesa el de Linyola

Bojan Krkic posa con la camiseta del Barça

Bojan Krkic posa con la camiseta del Barça a la que se suma 'AMBILIGHT tv' / VALENTÍ ENRICH

Braian Queralt Sans

El exjugador del FC Barcelona, entre muchos otros equipos, Bojan Krkić se ha 'vaciado' en una entrevista a 'The Athletic'. "La soledad ha estado ahí en todas las experiencias que he tenido. Especialmente en Estados Unidos y Japón en los últimos tres años, mis experiencias han sido sin compañía. Estando solo". Son las palabras de un Bojan que no conocíamos y que se ha confesado de todos sus problemas que ha tenido en su carrera deportiva que llegó a su fin el pasado mes de marzo.

En sus inicios llegó a estar convocado para la Eurocopa de 2008 pero no aguantó la presión, lo que de verdad impidió que jugara ese partido era un ataque de ansiedad. La Federación lo amagó excusando una gastroenteritis del jugador. "Desde el principio no se comentó la verdad. Un niño de 17 años no tenía la fuerza para alzar la voz y decirlo todo".

El de Linyola aguantó muchas presiones porque se especuló que rechazó la selección por no sentir el país y por motivos políticos, la realidad nunca fue esa. "Hubo una presión mediática brutal. La prensa no entendía que un niño catalán de 17 años dijera que no. No tenía nada que ver con política. Era un chaval que necesitaba tiempo y espacio para entender lo que pasaba. Estaba en mi límite".

La etiqueta del 'nuevo Messi' confiesa que lo superó

Bojan, sinceramente afirma que "solo quería jugar a fútbol, no quería fama. Nunca me gustaron los excesos y eso lo era. De pronto era Bojan, una figura pública. Eso me impactó mucho en mía a día". El jugador reconoció que desde pequeño ha estado con psicólogos "necesitaba una solución a nivel emocional. Muchas veces la gente no sabe decir basta. Tienen mucha ambición". El jugador entiende que no podía llegar en aquel momento, con 17 años y la carga que tenía, "tienes que entender tus limitaciones y las herramientas para lidiar con la situación. El precio que tuve que pagar para continuar viviendo el sueño del fútbol fue no jugar la Eurocopa".

Las envidias que lidió en sus inicios con el filial del FC Barcelona, tampoco ayudaron al joven jugador que ahora 20 años después de aquello lo explicó con naturalidad: "En un vestuario hay mucha competitividad. Estaba progresando mucho y rápido y eso provocó celos. Ese año fue complicado. Llegué con temporada en marcha, con los jugadores siendo criticados. De pronto un chaval empieza a marcar. Eso no hizo felices a mis compañeros ni a mis rivales".