AK: La mano ganadora de Xavi

Primavera de 2022. Xavi está a punto de cerrar su primera temporada en el banquillo del Barça. Había aterrizado de urgencia en noviembre con lo puesto. Se topó con una plantilla con una infinidad de lagunas. Pudo ‘maquillar’ algunas en el mercado invernal, pero necesitaba mucho más para volver a hacer un equipo competitivo. Capaz de luchar por todo. Y, para ello, el técnico de Terrassa es consciente de que necesita un perfil potente atrás. Joven, poderoso físicamente. Líder. Y centra sus esfuerzos y sus energías en convencer a Jules Koundé. 

Koundé y Christensen, convocados con sus selecciones

El galo, que por aquel entonces tenía 23 años, estaba saliéndose. Y los grandes de Europa tenían postrados sus ojos en él. En especial un Chelsea que prácticamente daba por hecho su fichaje. Más músculo económico y Tuchel había hablado ya con Jules. Pero Xavi se lo marcó como un reto. “Os convertiré junto a Ronald en los mejores centrales del mundo”. Entre eso y el tesón de Mateu Alemany consiguieron dar la vuelta a la tortilla. Ayudó que el entrenador germano del Chelsea tuviera en mente ubicarlo en el carril. A Jules no le atraía la idea.

Con todo, el Barça hizo una inversión muy importante por un jugador que debía erigirse en uno de los jefes de la retaguardia de presente y de futuro. Formar un tándem con Araujo temible. Dos rocas, dos perfiles de central moderno, pero moldeados para ser capaces de tener una salida limpia de balón. 

CHRISTENSEN, MOVIMIENTO TOP

A ellos se les unía una incorporación estratégica y en la que el club se movió de lujo. Hablamos de un Andreas Christensen que aterrizó libre y tras un tramo final de curso en el Chelsea que dejaba algún interrogante. Pero que ha terminado siendo un acierto mayúsculo. Siempre que juega cumple de forma notable. Aseado con el balón. No comete errores. De hecho cuesta muchísimo intentar escarbar en su listado de fallos con la casaca azulgrana. Un buen reto para quien quiera osar a ello, por cierto. 

El caso es que Xavi ha encontrado en la ‘AK’ a su carta ganadora. Este verano hubo algunos días de incertidumbre en el barcelonismo con esa conversación entre Koundé y Xavi. El francés, tras jugar buena parte de la pasada campaña de lateral, fue de cara a su técnico y le dijo que quería ser central. Xavi acordó con él que así sería. Y consiguió atar a un lateral TOP para que no hubiera fisuras en la derecha. 

La relación entre Ronald y Jules es magnífica. Se entienden sobre el verde, se admiran. Hay ‘feeling’, se sientan cerca en el vestuario. El charrúa, como uno de los capitanes, integra a todos en el vestuario. Jules es más tímido, pero en el campo se suelta. Destapa su tarro de las esencias. En Do Dragao, sobre todo en la segunda mitad, vivimos quizás el apogeo, el cénit de lo que debe ser esta sociedad. 

MEJORA OSTENSIBLE

Xavi no ha escondido que con él al frente Araujo es de los que más ha crecido. Es un orgullo para él ver cómo ha ido asimilando automatismos. Pese a no criarse en La Masia, ha mejorado una barbaridad en pulcritud a la hora de sacar el balón. También en los desplazamientos en largo. Seguramente sea la posición que tiene Xavi mejor cubierta. Christensen es un seguro. Será titular en Los Cármenes de nuevo el domingo. Y viene siendo protagonista. Siempre respondiendo.

Quizás se pueda ver algo en inferioridad cuando apuestas por dos laterales tan ofensivos como Cancelo y Balde. El equipo queda más expuesto atrás y la potencia de la ‘AK’ ahí te permite corregir y cubrir espacios de forma más efectiva. Pero hay escenarios para todo. Y guiones, como el del otro día en Do Dragao, que no terminan de salir como esperas. 

Luego hay otro asunto importante. Con las bajas de Frenkie de Jong, Pedri, Raphinha y Lewandowski, el Barça necesita más solidez y consistencia que nunca. No cuentas con algunas de tus grandes fuentes de talento y aún más la necesidad imperiosa de fortalecerte atrás. Ahí estuvo una de las claves del éxito del curso pasado. Una Liga forjada en la solvencia y fiabilidad. Y en tiempos de urgencia, buena garantía es tener un muro atrás.  

La partida es larga y pasará por fases arduas y difíciles, pero Xavi sabe cuál es su mano ganadora para llevarse el ‘botín’.