Groenewegen no tuvo rival y ganó la séptima etapa

Sebastián Vargas Rozo

El ciclista del Lotto Jumbo Dylan Groenewegen se quedó con la séptima etapa del Tour de Francia, sorprendiendo en la línea final a los sprinters Fernando Gaviria (Quick-Step) y Peter Sagan (Bora Hansgrohe), que acabaron segundo y tercero respectivamente.

Sorprendió la celebración del corredor holandés, que una vez traspasó la meta se señaló el maillot y se puso el dedo en la boca en señal de callar a alguien. Quizá algunos críticos que hayan surgido tras sus derrotas en los sprints de las etapas anteriores.

Fue una etapa tan llana como el recorrido. Los 231 kilómetros de Fougères a Chartres, la distancia más larga que se correrá en la ronda gala, tuvieron poco que ver con los días anteriores y el pelotón impidió que las escapadas duraran mucho tiempo.

Solo dos corredores se hicieron protagonistas con sus fugas: el primero fue Yoann Offredo (Wanty), que aprovechó su distancia con los perseguidores para coronar primero el premio de montaña de cuarta categoría en la Côte du Buisson de Perseigne.

Más adelante fue el turno de Laurent Pichon (Fortuneo - Samsic). Sus pedalazos le llevaron al bolsillo veinte puntos de bonificación en el sprint intermedio de Berd'huis, cuya emoción también estuvo en la disputa Sagan-Gaviria por ver quién podía llevarse la ventaja para la tabla de la Regularidad. Finalmente, Sagan mantendrá el maillot verde, pero el colombiano le descontó y ahora solo está a 31 puntos. 

Sin caídas ni situaciones extraordinarias, la última emoción antes de la definición final fue el Point Bonus a 30 kilómetros de la meta. Allí el dueño del maillot amarillo Greg Van Avermaet (BMC Racing Team) se gustó de ampliar la diferencia con sus escoltas en la general, y acumuló tres segundos de premio que ahora lo tienen a seis del segundo, Geraint Thomas (SKY).

De allí a la meta todo fueron estrategias de los equipos para buscar velocidad en el final. Quick-Step quiso repetir su fórmula 'atómica' con Richeze lanzando a sus compañeros, igual que el UAE Team Emirates que abanicó a Alexander Kristoff para que fuera al frente a pocos metros de finalizar.

Pero a la rueda del noruego asomó Groenewegen para encender sus motores y cruzar más rápido que todos la línea. La mirada incrédula de Sagan y Gaviria contemplaron al holandés gigante con un dedo en la boca y bañado en el triunfo de la séptima etapa. Esto de los sprints no será solo cosa del eslovaco y el cafetero.

Este sábado la octava etapa llevará al pelotón de Dreux a Amiens a través de 181 kilómetros llanos con final en velocidad para que se luzcan, nuevamente, los más rápidos del Tour.