Un Espanyol impotente se olvida del ascenso directo

De empate en empate hacia la agonía final. Así transcurre el camino del Espanyol por Segunda. Quedan cuatro jornadas para el cierre y el escenario más probable que se le avecina al equipo perico es la disputa del playoff para subir a Primera.

No merece más el bloque catalán, que aún debe certificar su presencia en esas eliminatorias traicioneras a las que aspiran unos cuantos rivales, entre ellos el Sporting, que este domingo se llevó un punto del Stage Front Stadium (0-0). El ascenso directo ya parece una utopía: queda a seis puntos tras los triunfos del Leganés, Valladolid y Eibar.

Ni siquiera la presencia de 25.000 pericos sirvió para agitar a un Espanyol impotente y sin alma ante un rival que lleva ya siete años seguidos en la categoría de plata. El cuadro blanquiazul suma ya 12 partidos sin caer, 8 de ellos con Manolo González. No pierde el extécnico del filial, pero tampoco gana. Seis tablas y solo dos triunfos: 12 puntos de 24. Un 50% insuficiente que ya empeora los guarismos de Luis García (57%) y Ramis (52%). 

No tocó demasiadas piezas el preparador en su apuesta inicial. El gigantón uruguayo Gastón Valles fue la única novedad del técnico en un once en el que Aguado, que empezó de mediapunta en Elche, regresó a la sala de máquinas junto a Gragera. El 4-4-2, con Braithwaite y Valles arriba, pretendía erosionar a la defensa asturiana, pero al equipo perico le costó horrores encontrar a sus referencias. 

El Sporting, que encadenaba seis derrotas consecutivas como visitante, no se amilanó en Cornellà. Parece que los rivales han perdido el respeto al cuadro blanquiazul, que llegó a ser dominado en algunos minutos por el bloque de Miguel Ángel Ramírez. La posesión quedó totalmente equilibrada, como el resultado final. El drama pudo ser mayor si el tanto de Mario González tras una pérdida local hubiese subido al marcador (m. 29). El VAR confirmó el ajustado fuera de juego. 

Ocasión de Gastón Valles

La desesperación se apoderó de la afición en la primera aproximación clara de los pericos. Una subida de Brian Oliván por la izquierda acabó con un centro al que no llegó Braithwaite. Sí remató Gastón Valles, pero el punta no esperaba el esférico y el balón se marchó alto (m. 36). 

El pulso llegó al descanso sin más sobresaltos y el juego se retomó con un larguero de Rober Pier en un centro que no parecía peligroso. Necesitaba una marcha más el Espanyol para salir de la espiral de empates y Manolo González empezó a mover el árbol. Antoniu Roca y Lazo fueron sus primeras opciones desde el banquillo. Nada cambió. 

Los nervios y la tensión de la grada se trasladaron al césped en un pulso con más faltas (31, 20 de ellas de los locales) y tarjetas (8) que fútbol. Cuando el duelo agonizaba, Braithwaite topó con Yáñez en su única ocasión reseñable, mientras Queipo disparó alto en el último susto para un Espanyol a ritmo de tortuga que empieza a olvidarse del ascenso directo. Su próximo examen será en Zorrilla ante un Valladolid en racha que apunta hacia Primera.