¿Para qué sirve el ibuprofeno?

Concretamente, y como explican desde el NHS, el servicio para atención sanitaria británico, el ibuprofeno actúa reduciendo las hormonas que causan dolor e hinchazón

El consumo de ibuprofeno "puede causar malestar estomacal, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, diarrea, estreñimiento, mareos o somnolencia"

Para qué sirve el ibuprofeno

Para qué sirve el ibuprofeno

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El ibuprofeno es uno de los analgésicos más consumidos en el mundo y permite aliviar una amplia variedad de dolores como el dolor de espalda, el dolor de muelas, el dolor menstrual o el dolor de la artritis, además de combatir la inflamación de los tejidos. Concretamente, y como explican desde el NHS, el servicio para atención sanitaria británico, el ibuprofeno actúa reduciendo las hormonas que causan dolor e hinchazón en el organismo y suele tardar entre veinte minutos y treinta minutos en hacer efecto cuando es consumido de manera oral, mientras que puede tardar de uno a dos días cuando se aplica de forma cutánea.

¿Pero quiénes pueden tomarlo? En general todas las personas, pero no deben consumirlo quienes hayan padecido una reacción alérgica al ibuprofeno en el pasado, quienes hayan experimentado sibilancias en los pulmones o reacciones cutáneas tras tomar aspirina u otros antiinflamatorios no esteroides, las mujeres que estén intentando quedarse embarazadas o ya estén embarazadas y quienes tienen una presión arterial elevada. Además, es recomendable consultar con un médico antes de consumir ibiprofeno en caso de sufrir problemas estomacales, problemas hepáticos, problemas renales o enfermedades cardíacas.

Además, y aunque en la mayoría de ocasiones no suelen concurrir, el consumo de ibuprofeno "puede causar malestar estomacal, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, diarrea, estreñimiento, mareos o somnolencia", tal y como cuentan desde WebMD, medio estadounidense especializado en salud. La frecuencia e intensidad con la que se presentan no es alarmante y, como aseguran desde este medio, si el médico nos lo receta es porque los beneficios de su consumo son mayores que los riesgos de padecer efectos secundarios. Aunque es necesario acudir a un especialista si los síntomas persisten o se vuelven mucho más intensos.

Por otro lado, debemos tener en cuenta las potenciales interacciones del ibuprofeno con otros medicamento como los antihiprtensivos inhibidores de la renina, los antihipertensivos inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, los bloqueadores del receptor de angiotensiva II, el cidofovir, los corticosteroides, el litio o las píldoras de agua como el furosemida. Además, el ibuprofeno "puede aumentar el riesgo de hemorragia cuando se toma con otros medicamentos que también pueden causar hemorragia" como aquellos que se encargan de impedir el aglutinamiento de las células sanguíneas conocidas como plaquetas.

Por todo esto, es necesario consultar con un médico antes de tomar ibuprofeno siempre que se padezca una enfermedad o se estén tomando determinados medicamentos. En cualquier caso, la dosis habitual para los adultos es de uno o dos comprimidos de 200 miligramos durante tres veces al día. "En algunos casos es necesaria una dosis más alta de hasta 600 miligramos para tomar cuatro veces al día, pero debe suceder tan solo bajo la supervisión de un médico", señalan los expertos del NHS. Sea como sea, entre dosis deben pasar un mínimo de cuatro horas, aunque lo más recomendable es esperar hasta que transcurran seis.