Preguntar por la SAD es iniciar el camino

Joan Laporta, durante la rueda de prensa sobre la financiación del Espai Barça

Joan Laporta, durante la rueda de prensa sobre la financiación del Espai Barça / DAVID RAMÍREZ

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

El Barça ha traspasado una línea roja que no permite dar marcha atrás. Lo ha hecho a través de un gesto tan higiénico y democrático como interesarse por la opinión de sus socios, nada que discutir sobre ello. Pero lo ha hecho con una pregunta cuyo objetivo no es obtener una respuesta, eso es lo de menos, sino generar un debate sobre uno de esos temas que no deberían ser objeto de debate nunca. Quienes dirigen el club gracias al permiso de los votos de quienes son propietarios de la entidad han lanzado una bomba: "¿Qué modelo preferiría para el Barça?".

A continuación, cuatro posibles respuestas: la primera, seguir con el modelo actual; la segunda, pasar a ser Sociedad Anónima Deportiva con accionistas; la tercera, mantener la propiedad compartida con accionistas que podrían alcanzar el 49% de la misma. También ofrece la opción de no elegir ninguna de las anteriores o, simplemente, ausentarse de la responsabilidad de responder con un "no sabe". Hay cuestiones que no se formulan, ni siquiera bajo el paraguas de una supuesta inocencia democrática que no existe. Esta es una de ellas porque supone poner sobre la mesa la opción de convertir al Barça en otro club y, por primera vez en la historia, dejar de ser ‘més que un club’ para pasar a ser 'un club més'.  

ALLANAR EL CAMINO

Lo que ha hecho esta junta directiva es allanar el camino, empezar a sondear el terreno, lanzar un globo sonda generando una discusión que solo interesa a quienes, como dice Laporta, "quieren tomar el control del club". Es el sueño húmedo de todos ellos y no existe mejor manera que permitirles seguir soñando con ello que preguntando al socio si estaría de acuerdo. No es justificable ni tiene ningún sentido gritar que, mientras tú mandes, el club seguirá siendo de sus socios y, de forma paralela, preguntar a los socios si quieren dejar de ser los propietarios.

¿Por qué quieren esta información? ¿Por qué ahora? ¿Por qué cuando acabas de recibir un préstamo de 1.450 millones de euros que se convertirán en 2.800 cuando, si puedes, los devolverás? El Barça no es una familia, sino decenas de miles de familias, cada una de ellas con sus sensibilidades y singularidades, pero todas ellas propietarias de una entidad que, en manos de quienes nunca muestran su rostro, como esos inversores a los que nadie conoce, pasaría a ser un club cualquiera, como el Málaga de Nasser Al Thani, el PSG de Tamim Al-Thani, el Palamós de Dmitri Piterman, el Manchester City de Mansour Bin Zayed o el Valencia de Peter Lim. La curiosidad mató al gato...