Opinión

Al Barça se le acumulan los problemas importantes

Xavi, abrazado junto a Laporta

Xavi, abrazado junto a Laporta / Dani Barbeito

No es el momento de hacer leña del árbol caído. Se han cometido errores y no se han solucionado problemas que se arrastran desde hace demasiados años. Cierto. Pero el pasado no tiene solución, toca afrontar el futuro con responsabilidad conscientes de que vivimos un presente complicado. Los que sentimos el Barça con pasión, no somos amantes de hurgar en las heridas ni provocar situaciones de crisis que pueden terminar en colapso. Los problemas hay que afrontarlos con la cabeza fría, con análisis y autocrítica, con los mejores asesores y la verdad por delante.

Laporta y su directiva deben hacer una reflexión profunda ante los numerosos problemas que acumula el club. El primer problema es económico, de tesorería, la falta de liquidez es un freno para tomar decisiones. No se puede hacer lo que se quiere, solo lo que se puede que no es mucho. La presión de cumplir el presupuesto o en su defecto reducir las pérdidas, produce angustia y vacío. Cumplir el 'fair play' de la Liga sigue siendo un objetivo no resuelto y esto hipoteca muchos objetivos.

La situación deportiva después de una temporada en blanco es preocupante. El equipo no ha dado la talla y parece obligado potenciar la plantilla con el condicionante de que solo puede haber fichajes de primera línea si antes se realizan traspasos millonarios. Vender para comprar mejor. Ni Deco ni Xavi saben a día de hoy qué jugadores podrán fichar y cuantos titulares se marcharán. La plantilla actual, por mucho que nos ilusionemos con los canteranos, no da para competir en Europa ni para plantar cara en la Liga al Madrid que anuncia fichajes importantes.

Montjuïc ha sido una barrera y un freno para los socios. La cuestión social ha caído bajo mínimos, la Barçamania ha desaparecido. Hay que volver a ilusionar a la afición como motor de apoyo al equipo. Sin falsas promesas, con realidades. El enfriamiento de los culés es patente y motivos no les faltan. Solo el futbol femenino está cumpliendo con brillantez y orgullo. La reducción de presupuesto en las secciones se paga. Las obras del Camp Nou va por buen camino pero una apertura a medias a final de año no permitirá generar ingresos para competir con el Bernabéu hasta el 2026.

Con esta difícil situación por delante no podemos olvidar el gran problema de la deuda que nos debe preocupar porque de ella depende que la entidad pueda seguir siendo de los socios o tenga que inventarse una fórmula de propiedad compartida, una sociedad anónima encubierta. La deuda histórica pesa como una losa, pero además pronto comenzarán a llegar los compromisos de pago asumidos por la construcción del nuevo estadio. Estamos delante de un panorama global que quita el sueño pero no hay otra solución que afrontarlo con conocimiento y decisión.