Paso a paso... y palanca a palanca

Eduard Romeu, vicepresidente económico del FC Barcelona, en un momento de la presentación de la liquidación del ejercicio económico correspondiente a la temporada 2021-22

Eduard Romeu, vicepresidente económico del FC Barcelona, en un momento de la presentación de la liquidación del ejercicio económico correspondiente a la temporada 2021-22 / Valentí Enrich

Toni Frieros

Toni Frieros

Parodiando al gran Antonio Machado y su inmortal poema ‘Cantares’ (les pido perdón por tal atrevimiento), podríamos sustituir aquel ‘golpe a golpe’ por el ‘palanca a palanca’ a la hora de analizar el cierre económico que este viernes nos presentó de forma didáctica Eduard Romeu, el vicepresidente azulgrana. Me recordó mucho a Quique Tombas, su predecesor en el cargo. 

Incluso en ese poema, miren por donde, se vislumbra un paralelismo con la actualidad barcelonista. ¡Qué cosas! Con una diferencia, aquí sí se persigue la gloria:

“Al andar se hace camino

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar”.

Celebremos que el FC Barcelona haya vuelto a la senda de los beneficios, aunque sea a costa de vender unos activos que son pan para hoy...y ahí lo dejo. Al menos, han servido para construir una plantilla de gran calidad que el tiempo dirá si será capaz de transformar en títulos esta arriesgada apuesta de avanzar recursos económicos futuros. La moneda tirada al aire solo puede caer de cara. 

Una pena que esa visión ambiciosa y necesaria no se tuviera al final de la temporada 20-21, donde, por el contrario, se apostó por depreciar jugadores por 160 millones y provisionar otros 90 más y que, a la larga, como ha quedado demostrado, ha sido lo que ha obligado a activar alguna de estas palancas para superar el ‘fair play’ financiero y poder fichar. Debilitar aquella plantilla, sin Messi ni Griezmann (50 goles menos), se ha pagado muy caro.

Lo que más me llamó la atención de toda esa catarata de números que presentó Eduard Romeu fue la absoluta normalidad con la que se aceptó que el club perdiera más de 160 millones de euros en la gestión ordinaria de la temporada 21-22. No se cumplió el presupuesto ni en ingresos ni en gastos. Es algo inaudito. Y de eso, perdonen ustedes, solamente son responsables los que están hoy al frente del club. No busquen más.

Una de las ‘justificaciones’ para semejante desajuste presupuestario fue que en enero se tuvo que fichar y que esa fue una decisión acertada. Sí, el Barça de Xavi jugó mejor a fútbol, se clasificó el equipo para la Champions (¡solo faltaba!), pero se quedó sin ganar un solo título y de los que llegaron en enero, Alves, Aubameyang, Adama y Ferran Torres, solo queda este último, con un rendimiento, hasta la fecha, por debajo de lo esperado.

Dejemos que este Barça haga camino. El futuro más inmediato dictará sentencia y pondrá a todo el mundo en su sitio.