Opinión

Movem Bilbao i el món

El FC Barcelona celebró con euforia la remontada en Stamford Bridge

El FC Barcelona celebró con euforia la remontada en Stamford Bridge / FCB

Movamos Bilbao y al mundo. Porque las mejores jugadoras del planeta, columna vertebral de la selección que ganó el Mundial, junto a las que se quedaron por principios (de idéntico valor) y las que llegaron muy lejos en esa competición, se verán las caras en la villa vasca. Démosle el valor que merecen. Que es mucho. Escuchen y lean a Bellingham hablando de Keira Walsh, por ejemplo, en un juego de cartas. "Jugadora inglesa muy buena que está en el equipo equivocado. No se lo tendremos en cuenta", respondía entre la admiración y el buen humor.

Un futbolista de élite joven, educado en la igualdad y en la normalidad, que valoraba a una compatriota ante una final de la Champions League femenina. Qué valioso mensaje en los tiempos que corren. Qué poco habitual entre los compañeros de profesión de estas ‘cracks’. Qué necesario, como ese apoyo de Sergi Roberto a la capitana del Barça, Alexia Putellas, cuando ésta compartió en redes sociales el #seacabó que marcará una época.

Bilbao será una ciudad hermana el próximo 25 de mayo aún cuando el reparto de entradas haya sido, cuando menos, extraño. Volaron en media hora las que ayer puso a la venta el club azulgrana y todo apunta a que el estadio contará con un lleno absoluto. Allí ya saben y valoran lo que es el fútbol jugado por mujeres. Allí ya llevan años potenciándolo aunque la gabarra no salga, como el sol, para todos igual. Allí han colocado una estatua de bronce de ‘La niña de San Mamés', muy cerca de la de José Ángel Iríbar, con el objetivo de dar la visibilidad que merece a esta disciplina.

Irene Paredes, capitana del Femení y ex jugadora del Athlétic, recordó que “también fui una niña que soñaba con jugar finales en lugares como éste”. Orgullosa de pertenecer a esta generación que está cambiando las reglas de juego, lo está “todavía más de todas las anteriores que lucharon para que hoy podamos estar así”. Una final más que vivirá esta central con la que prácticamente cerrará un año brutal, en el más amplio sentido de la palabra.

Bilbao será una fiesta culer en la que el barcelonismo volverá a abrazarse a ellas, las que nunca fallan, las que pasean sus colores por el mundo y son el orgullo de la afición. Han batido récords de asistencia, han arrastrado con ellas a familias enteras, han copado premios globales e individuales y han dado un golpe sobre la mesa a nivel social. El desgaste emocional de un buen número de jugadoras de Jonatan Girádez no se ha notado a la hora de dar la talla. Son muy buenas, se lo creen, se crecen ante la adversidad y la responsabilidad y se saben referentes.

Bilbao recibirá en su aeropuerto a ese avión personalizado que, si se lo cuentan a las Paredes, Alexia o Torrejón hace pocos años, te preguntarían qué tipo de ingesta alcohólica has consumido. A Vicky o a Cata Coll no les sorprenderá tanto como a estas veteranas, que lo han vivido casi todo en sus carnes. Hoy son ‘marca Barça’ y ‘marca Barcelona’. Valor con mayúsculas potenciado, una vez más, por una marea blaugrana que tomará Bilbao como la rojiblanca hizo en Sevilla no hace tanto. Orgullo de pertenencia elevado a la máxima potencia.