Las mil caras del Barça

Los de Saras cayeron eliminados de la Copa a las primeras de cambio, ante el, a la postre campeón, Unicaja

Ya sólo quedan dos títulos en juego (Euroliga y Liga), los grandes y los azulgranas se la juegan

Acción del duelo ante Unicaja

Acción del duelo ante Unicaja

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

Aún duele. Tiene que ser así. El fiasco de la Copa es de los que dejan huella. El hecho de que el Madrid no haya llegado a la final, tras sucumbir también con el Unicaja, no es reparador. Sin duda, el Barça ha de mirar hacia delante –el viernes el Mónaco visita el Palau– pero es preciso que la mentalidad mejore en muchas situaciones.

Saras dijo, tras la derrota, que no conseguía que sus hombres cerraran los partidos cuando lo tenían en sus manos. Un serio problema. Jugar bien durante muchos minutos para acabar regalando el encuentro no tiene sentido. Afrontar la Copa en un momento dulce de juego y resultados y caer en el primer duelo es incomprensible. El técnico blaugrana afirma que es el único responsable. Pero su afirmación también lleva implícito un reproche hacia sus jugadores. Como es habitual después de un gran batacazo, diversas voces ya hablan de que Saras no es el entrenador adecuado. Otras ya empiezan a cuestionar a los jugadores, y aparecen posibles fichajes.

Normal. Es la resaca del día después. Lo prioritario para el equipo es que todos vayan a una. Evitar las desconexiones el máximo posible. Encontrar piezas blaugranas que aparezcan en las situaciones complejas. Se echa en falta jugadores que transmitan carácter. Pueden hacer la jugada más inverosímil sin mover ni un músculo de su fisonomía. Pocos gestos de agresividad y afirmación de su gran calidad.

Cada uno es como es, pero…Ya sólo quedan dos títulos, los grandes. El Barça se la juega. Y Saras sabe que el balance de su gestión dependerá de los mismos. Espero que la dinámica de esta temporada sea en sentido inverso a la interior. De menos a más. Que los momentos de duda y colapso se minimicen. Que la mejor cara del equipo, que tantas veces hemos visto, sea la habitual. También la de sus individualidades. Mirotic y Higgins están cogiendo, tras su largo parón, un buen ritmo de juego. Todavía no están a tope, pero van acumulando sensaciones para explotar –esperemos que así sea– en el tramo final de la temporada. La cuenta atrás vuelve a iniciarse. Esta vez sin excusas, ni malas caras.