Opinión

La esperanza culé se llama Luis Enrique y Grimau

Luis Enrique, soportando la tromba de agua en París

Luis Enrique, soportando la tromba de agua en París / EFE

En condiciones normales hay muy pocos aficionados del Barça que deseen que el PSG gane un partido. El equipo parisino no es estimado por los culés. Unos por ser propiedad del gobierno catarí, otros por su prepotencia económica e, incluso, algunos porque no soportan que Mbappé se haya decantado por fichar por el Madrid la próxima temporada.

Sin embargo, esta noche, serán muchos los barcelonistas los que estarán al lado de Luis Enrique. El exfutbolista, entrenador y declarado culé es a lo único que se pueden acoger la afición azulgrana en la actual Champions. Más aún si el Madrid supera al Bayern en el Bernabéu. No lo tendrán fácil los de Ancelotti tras el empate en Alemania, pero si alcanzan la final, solo Luis Enrique podría evitar una nueva desencanto de la afición culé. Eso sí, antes el Paris Saint Germain- deberá eliminar al Borussia.

A un paso de la Final Four

El Barça de baloncesto se aseguró decidir la eliminatoria en el Palau con una espectacular victoria en El Pireo. Fue en el último segundo de la prórroga tras una personal señalada a Jabari Parker que él mismo se encargó de decidir. Los de Grimau supieron competir hasta el final y sorprendieron a un Oympiacos que protestó airadamente la última decisión arbitral.

El próximo jueves, los azulgranas tendrán la primera oportunidad de colocarse en la deseada Final Four o, en el peor de los casos, intentar sentenciar en el quinto partido que se disputará en Barcelona. Sobrevivir al infierno griego no es nada fácil y lo visto anoche ya es el primer gran éxito de Roger Grimau.

La victoria tiene mucho mérito y demuestra que la apuesta por Roger Grimau fue un acierto. No hay nada ganado, pero pase lo que pase, este entrenador y este equipo se han ganado a pulso el respeto de todos los aficionados de Barça. Solo falta rematarlo.