El Barça regaló 45 minutos y lo pagó muy caro

Christensen en el partido ante el Almería

Christensen en el partido ante el Almería / Javier Ferrándiz

Pichi Alonso

Pichi Alonso

Nefasta primera parte del Barça en la que el equipo mostró una preocupante apatía y evidenció síntomas de agotamiento. Motivos que pueden explicar el no generar una sola clara ocasión de gol en estos lamentables 45 minutos.

Sin intensidad y perdiendo casi todos los duelos individuales, el Almería se sintió de lo más cómodo defendiendo a un equipo previsible, sin capacidad de desequilibrio en el uno contra uno, carente de desmarques de ruptura y sin recursos para filtrar pases interiores.

Para cúmulo de desgracias, dos de los futbolistas más fiables en lo que llevamos de temporada no estuvieron afortunados en la acción del gol local. A Christensen le ganaron la espalda con excesiva facilidad y Ter Stegen optó por permanecer bajo palos en lugar de atacar el balón. El 1-0 fue el fiel reflejo de lo sucedido.

Reacción inoperante

Es cierto que el equipo varió su actitud e intensidad tras el descanso, pero mostró su versión más inoperante. El Almería cerró con gran determinación los pasillos interiores para conceder solo el juego por bandas, y ahí el Barça solo encontró la manera de colgar balones en situaciones poco favorables. El resultado final: un recital de sustos y apenas una sola ocasión de peligro concreta.

Atención al carrusel de cambios de Xavi. Con el marcador en contra, el técnico optó por dar entrada a Araujo y Marcos Alonso. Curiosos revulsivos con dos perfiles absolutamente defensivos, aunque es cierto que ambos dominan con soltura el juego aéreo. Tampoco deja de extrañar que en la ventana final de cambios, el papel de salvadores recayera en la figura de Pablo Torre y Alarcón. Dos futbolistas jóvenes y con pocos minutos en el primer equipo.

Ni los centros ni las acciones en segunda jornada contrarrestaron una derrota en un mal partido marcado especialmente por una injustificable primera mitad.