La historia de Míchel y el Girona llega al capítulo 100

El madrileño atrapará contra el la Almería los cien partidos como técnico gerundense

Desde que aterrizó, ha dotado el equipo de un sello propio que está dejando huella

El discurso de Michel antes del primer partido de liga

El discurso de Michel antes del primer partido de liga / @GironaFC

Marc Brugués

Hablar del Míchel Sánchez entrenador, inevitablemente, ya es hacerlo lo Girona. Su nombre va asociado a Montilivi, donde está haciendo historia y ayudando a escribir los mejores capítulos de la historia del conjunto gerundense.

Con su Rayo Vallecano y con el Huesca también los subió a Primera División, pero en el curso siguiente fue fulminado por culpa de los malos resultados. En el Girona, por el contrario, tiene toda la confianza de un proyecto encabezado por gente de fútbol que sabe de qué va la cosa y tiene fe ciega en él desde el primer día. Solo así se explica que, en su primera temporada en el club y tras encadenar tres jornadas en posiciones de descenso, el director deportivo Quique Cárcel le ofreciera la renovación. El técnico ha devuelto toda esa confianza con trabajo y de aquí han surgido los éxitos: la reacción y el ascenso del primer año, las aspiraciones europeas del curso pasado y el inicio impactante de este año donde el equipo es segundo en la clasificación.

Todo ello sitúa a Míchel en uno de los lugares más destacados de la historia del club, junto a Raül Agné, Pablo Machín, Xavi Agustí o Emilio Aldecoa. De momento, todavía tiene camino por hacer en Montilivi, donde asegura que quiere estar "mucho de tiempo más". El domingo contra el Almería, el madrileño llegará a los cien partidos en el banquillo rojiblanco, una cifra que lo acerca todavía más, si es que no lo es ya, a la categoría de leyenda. De hecho, en las categorías de la Liga de Fútbol Profesional, Míchel ya ha dejado muy atrás a Francisco (55) y Rubi (47) para situarse tercero, cerca de Agné (103). Para atrapar a Machín (189), todavía le queda un poco.

En el fútbol actual, llegar a los cien partidos con un club está al alcance de pocos jugadores. Más complicado todavía es en el gremio de los entrenadores, un sector expuesto siempre a la crítica y que va ligado directamente a los resultados. El madrileño lo ha sufrido en primera persona en el Rayo y en el Huesca, de donde fue destituido la temporada después de ascender a Primera. Míchel siempre recuerda y subraya que la clave de su éxito en Montilivi es la "confianza" y la "sinergia" que hay con la dirección deportiva. A partir de aquí, trabajar e inculcar su idea en el vestuario ha sido más fácil. "Hacer historia" es uno de los mensajes más repetidos por el técnico, que este verano lo ha retocado un poco introduciéndole una finalidad: "ser inmortales, como la ciudad". Todo el que se ha hecho hasta ahora ha sido fenomenal. El ascenso, la salvación, la victoria contra el Real Madrid, el empate en el Camp Nou. Son recuerdos espectaculares para la historia. Aun así, el Girona nunca ha estado tres temporadas consecutivas en Primera División. Hacerlo, para el técnico, seria romper un techo y hacer historia de verdad. Conseguirlo, además, jugando como los ángeles como hace esta temporada lo elevaría, a él y a sus jugadores, a la categoría de inmortales. "De aquí a veinte años, cuando vuelva a Girona, quiero que se recuerde el Girona de Míchel por cómo de bien jugaba", decía la semana pasada en una entrevista a 'Diari de Girona'. Dejar huella con una obra de autor, también se podría decir. De momento, va por el buen camino y, encima, los resultados, que es lo que importa, acompañan y de qué manera.

Los números de Míchel hablan solos. Cerca del centenar, el técnico suma cuarenta y seis victorias y veinte empates, por treinta y cuatro derrotas. Es decir, ha sumado el 53’1% de los puntos posibles en las dos temporadas y un tercio que hace que está en Montilivi. Durante todo este tiempo, ha habido momentos para todo, sobre todo básicamente, para sonreir. Ganar es lo que más ha hecho Míchel en Girona y, en este sentido, hay unos cuántos partidos marcados en la retina por todos los forofos rojiblancos. Del primer año (2021-22), la victoria en Tenerife (1-3) en la final del play-off que supuso el ascenso tiene un lugar destacado. De hecho, Míchel siempre dice que ha sido el mejor partido del Girona con él. Aun así, aquel partido no habría existido si quince días antes, los gerundenses no hubieran ganado en Eibar en la prórroga (0-2) y remontado el 0-1 de Montilivi en la vuelta de las semifinales del play-off. Ya en Primera División, la impactante victoria contra el Real Madrid (4-2) con cuatro goles del Taty Castellanos es el resultado, sin duda, más llamativo por todo el que supuso de eco mediático. Hubo otros grandes partidos, como por ejemplo los empates en el Santiago Bernabéu (1-1) o en el Camp Nou en dos ejercicios de valentía futbolística con premio.

También para la estadística quedará el 6-2 en la Almería, como el día en que el Girona de Míchel igualó los seis goles a Primera que había logrado Machín el 6-0 contra el Las Palmas (17-18). Esta temporada, el equipo se ha abonado a los festivales de juego y goles. La victoria contra el Mallorca (5-3), estropeada al final por dos goles de los baleares, resume a la perfección el estado de ánimo de equipo y afición en este comienzo de temporada en que el Girona de Míchel va como un rayo con el 66’6% de victorias en nueve jornadas.

A una semana de cumplir 48 años, Míchel vive el mejor momento de su carrera profesional como entrenador. De futbolista tuvo una trayectoria de dos décadas en la élite, sobre todo, en Rayo Vallecano, Murcia y Málaga. Con los madrileños lo consiguió todo. Ascensos, goles, capitanía y también ser el primero goleador del club a Europa. Ahora sueña entrar con el Girona.