Llull y Randolph lideran la sinfonía blanca ante un triste Fenerbahçe

Sergio Llull vuelve a estar al cien por cien casi dos años después de su lesión

Sergio Llull vuelve a estar al cien por cien casi dos años después de su lesión / EFE

El Real Madrid ha reivindicado este jueves su condición de vigente campeón de la Euroliga al vencer en un gran partido al Fenerbahce por 101-86, con la actuación estelar de Anthony Randolph y Sergio Llull en ataque y de Gaby Deck y Jeffery Taylor en defensa.

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EUROLIGA

101
86
Alineaciones
REAL MADRID, 101
(27+25+25+24): Causeur (7), Randolph (21), Tavares (11), Llull (17), Deck (9) -cinco inicial-, Rudy Fernández, Campazzo (3), Felipe Reyes (5), Ayón (7), Carroll (12), Yusta y Taylor (9).
FENERBAHÇE, 86
(25+20+16+25): Melli (11), Sloukas (15), Guduric (12), Vesely (12), Datome (5) -cinco inicial-, Green (8), Mahmutoglu (2), Muhammed (11), Kalinic (1), Biberovic (5) y Duverioglu (4).

Desde el calentamiento se palpó en el ambiente que no era un partido más de Euroliga. Campeón y subcampeón de la última edición se enfrentaban con poco que ganar o perder a título clasificatorio, pero con el deseo blanco de borrar su última derrota ante el Barça Lassa.

Espejismo visitante

El Fenerbahce de Zeljko Obradovic comenzó más centrado y dominando incluso el rebote, su asignatura pendiente si es que tiene alguna. El 2-7 a los 2.30 minutos fue su tarjeta de presentación.

Con Jan Vesely y Nicolo Melli como puntas de lanza, el Fenerbahce fue el que dio el primer acelerón importante en el marcador, 10-19 (m.5.40), mientras que en por parte madridista Anthony Randolph era, una vez más, el que mejor vio aro.

Ese fue el punto de apoyo de un Real Madrid que comenzó a jugar más suelto en ataque y que consiguió un parcial de 12-3 en menos de 3 minutos, para pasar del 10-19 a un 22-21, la primera ventaja de los locales. Los de Pablo Laso cerraron el primer parcial a su favor con un 27-25, tras diez minutos de baloncesto de calidad en ambos equipos.

El Madrid se escapa

En el segundo cuarto fue el Madrid el que se arrogó llevar el ritmo del partido y el que empezó enchufado con un 7-0 de inicio, que elevó el parcial a 24-6 desde ese 10-19 del primer cuarto.

Obradovic y Laso comenzaron a jugar al ajedrez. Nikola Kalinic y Ali Muhammed intentaron cambiar el signo del partido, pero Laso tenía el antídoto preparado poniendo a Jeffery Taylor sobre el pequeño base nacionalizado turco.

Las entradas de Jaycee Carroll y Felipe Reyes, así como las de Facundo Campazzo, Gustavo Ayón y Rudy Fernández fueron sumando y aunque el Fenerbahce demostró que no se iba a dar por vencido, el 45-35 (m.16.10) fue la mejor demostración del buen juego del equipo español.

Al descanso, 52-45, tras una última canasta de estrategia de Deck que Obradovic no se sabía.

Llull dispara a los blancos

El paso por vestuarios enfrió las ansias anotadoras de los dos equipos, también porque las defensas ajustaron más los espacios, y el marcador se ralentizó, 60-51 (m.24), al menos en estos primeros minutos.

Con Datome fuera de foco por la defensa de Deck y Vesely fuera de forma, tras su lesión, además de un poco acogotado por los centímetros de Tavares, sólo Kostas Sloukas y Nicolo Melli rindieron a alto nivel, acusándolo el equipo otomano.

El Madrid, ya en modo campeón, encontró a Sergio Llull que descerrajó dos 'mandarinas' seguidas, la segunda con adicional, para poner la máxima renta hasta ese momento, 71-56 (m.27.15). Y también a Tavares, que sembró el pánico en los hombres altos del Fenerbahce.

El tercer cuarto finalizó con un 77-61 y el aplauso de los aficionados madrileños, complacidos con lo que estaban viendo.

El líder más triste

El inicio del último acto fue casi de exhibición con dos contraataques en el primer minuto que elevaron la ventaja hasta los 20 puntos, 81-61. Obradovic pidió tiempo muerto para frenar el estado de descomposición en el que estaba entrando su equipo.

Vesely asumió los galones de forma puntual, pero el Madrid siguió reivindicando su condición de vigente campeón y no permitió que el Fenerbahce renaciera.

Gran partido y gran victoria, 101-86 en el marcador y 136-80 en el de la valoración, que acerca todavía más al Real Madrid a la ventaja de campo en los cruces de cuartos de final.