¿Por qué el Barça no fichó a Nolito y sí a Paco Alcácer?

Nolito fue una de las exigencias de Luis Enrique en el pasado mercado de enero. El entrenador barcelonista quería reforzar la plantilla con un atacante de calidad y el exazulgrana cumplía todos los requisitos. Pero el técnico se encontró con la oposición de la directiva, que ni quería ni podía pagar los 18 millones de euros de la cláusula de rescisión al considerar que el extremo no era un futbolista amortizable por su edad. Luis Enrique insistió con Nolito el pasado verano, pero finalmente echó su brazo a torcer para firmar otras prioridades y acabar trayendo un delantero centro nato, prioridad de la secretaría técnica de la entidad azulgrana. Nolito era prioridad para Luis Enrique porque ya era un futbolista contrastado, conocía la casa y conocía su forma de trabajar.

Nolito pudo ser del Barça el pasado enero, pero el Celta no aceptó la propuesta azulgrana a pesar de que estuvo a horas de firmar. El club azulgrana no podía gastar más en enero del 2016 para no superar el límite marcado por los estatutos y propusieron una cesión al Celta con compra obligada en enero. El club gallego se negó y Nolito no quiso apretar sabedor de que en verano iba a tener ofertas y el Barça también estaría ahí. Luis Enrique le tranquilizó asegurándole que acabarían firmándole, pero las cosas se torcieron meses después.

Y es que el Barça no veía nada claro pagar 18 millones de euros por un futbolista de 30 años. Y, además, en la directiva siempre se recordaba que Nolito salió del club con la carta de libertad tras no aceptar la renovación. Luis Enrique le pidió, pero los argumentos directivos acabaron pesando. Eso y la convicción de la secretaría técnica de que el Barça necesitaba un goleador nato que pudiese caer a bandas. Finalmente, Nolito se cansó de esperar y firmó por el Manchester City por esos 18 millones de euros, mientras que el Barça se quedó con Paco Alcácer por 30 millones de euros más dos en variables. La irrupción de Nolito tanto en el City como en la selección es notable, mientras que Alcácer aún no se ha aclimatado al Barça. Eso sí, tiene 23 años y un futuro prometedor por delante.