Un experto en nutrición alerta de lo que pasa en los nuevos restaurantes españoles

Estos platos preparados se conocen como la quinta gama

Consecuencias de comer platos preparados

Consecuencias de comer platos preparados / SPORT.es

En la sociedad actual de consumo e inmediatez en la que no tenemos tiempo ni para hacernos de comer, un recurso fácil es comprar comida ya hecha y calentarla en cualquier microondas. Este tipo de comida preparada y lista para su consumo se conoce como alimentos de quinta gama.

Los alimentos de quinta gama ayudan a que se produzca un fenómeno conocido como 'gastrificación'. Este fenómeno lo podemos ver en nuestro día a día, ya que se refiere a por qué acabamos comiendo exactamente lo mismo en cualquier restaurante.

Seguro que te preguntarás por qué tanto si te vas a A Coruña como si paseas por Murcia encontrarás en la carta de dos restaurantes de la misma gama productos como: croquetas de boletus, ensaladas de queso de cabra, tartares de salmón o tatakis de atún; esto se debe a la 'gastrificación'.

Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, explica las ventajas y los inconvenientes de la gastrificación a través de su cuenta en 'X' (antiguo Twitter).

"Es rentable para los empresarios, que no tienen que pagar cocineros. Además, resulta atractivo para muchas personas: esos platos suelen estar logrados y además normalmente tienen un punto de "exótico" y "moderno" que les gusta (y queda molón en Instagram)", explica Lurueña como ventajas principales.

Y es que este tipo de restaurantes son los que más podemos ver en los perfiles de las influencers y gente famosa de nuestro país e incluso internacional, es debido a este fenómeno que todos los restaurantes nos parezcan iguales y parezca que todas las famosas se juntan a comer en el mismo sitio.

Lurueña es tajante con los inconvenientes que vienen derivados de este fenómeno: "Esa "gastrificación" acaba con la gastronomía local e impersonaliza y homogeneiza la oferta de platos en bares y restaurantes. Además, se podría calificar de competencia desleal, frente a los restaurantes que sí cocinan".

Además, "despista al consumidor, que muchas veces piensa que está comiendo platos exclusivos o peculiares, elaborados expresamente en el local, cuando en realidad han sido elaborados en un polígono industrial y recalentados en una cocina donde no se cocina", añade el experto.

Para evitar que este fenómeno termine con la gastronomía tan rica y variada con la que contamos en España, Lurueña explica que haría falta una ley parecida a la que se ha impuesto en Francia: "Francia anunció una ley que obligará a bares y restaurantes a indicar en sus cartas si los platos son precocinados".