Una Masia para los entrenadores en el Barça

Carlos Ortega y Jesús Velasco ofrecieron una clase magistral a los entrenadores de base de todo el club

“Lo más difícil es gestionar los egos”, destacó el andaluz; “un entrenador no debe hacer nunca peor a un jugador”, recalcó el toledano

'La Masia de los Entrenadores' da sus primeros pasos

'La Masia de los Entrenadores' da sus primeros pasos / JAVI FERRÁNDIZ

David Rubio

David Rubio

En la campaña, la candidatura del presidente Joan Laporta pergeñó una importante iniciativa que vio la luz hace más de un año, el ‘Centre d’Excel.lència Esportiva’. El objetivo es que todos los deportistas del club aceleren su proyecto mediante planes individuales con la parte técnico-táctica que define el ‘estilo Barça’, la física y la mental. En definitiva, mejorar el rendimiento individual y colectivo.

La próxima campaña verá la luz la ‘Masia d'Entrenadors’ y ya se están realizando actividades como la charla que han realizado esta semana Carlos Ortega (entrenador del Barça de balonmano) y Jesús Velasco (fútbol sala) a los técnicos de la base del las secciones y de fútbol femenino. 

Ante la atenta mirada de Xavier Budó (director de Deportes Profesionales), se citaron medio centenar de técnicos de la cantera con figuras conocidas como los exjugadores Roger Grimau, Víctor Sada y Alfons Alzamora (baloncesto), Raúl Entrerríos (balonmano), el director deportivo Jordi Torras, Ari Santos y Juan Carlos (fútbol sala). Al igual que con el encuentro de los capitanes de los primeros equipos, se trata de aprovechar el ‘Més que un Club’ para hacer mejor y más grande el FC Barcelona.

Ortega, doble rol

Miembro clave del Dream Team como jugador, Carlos Ortega debutó a lo grande la pasada campaña como entrenador del Barça y en la actual va por el mismo camino. “Cuando llegamos la temporada pasada, el club había cambiado tanto desde mi etapa de jugador que no conocía nada, ni siquiera la Ciutat Esportiva. Ahora el club se ha convertido en un monstruo, en un transatlántico. Es más importante gestionar el entorno que estar dos horas preparando un partido. Confieso que cuando llegué, me costó entrar en el grupo y en un partido al principio de la temporada me equivoqué, porque no tomé decisiones. Para gestionar el equipo y los minutos lo puedes hacer con el marcador, pero no sabes hasta dónde. El objetivo doble es ganar y tener metidos a todos los jugadores", señaló sobre su experiencia personal.

Carlos Ortega y Jesús Velasco, durante la 'master class'

Carlos Ortega y Jesús Velasco, durante la 'master class' / JAVI FERRÁNDIZ

"Los entrenadores también somos educadores y vosotros, más (señalando a los técnicos de la base que lo escuchaban con los ojos abiertos como platos). No hay una varita mágica, no hay un sistema de ataque o de defensa que te haga ganar siempre. Lo importante es que los jugadores crean en lo que hacen. Nosotros dependemos de los jugadores y tienen que creer en lo que tú les propones. Sin buena materia prima es muy difícil conseguir los objetivos", comentó el malagueño.

“Lo más difícil es gestionar los egos y que cada uno entienda su rol y tienes que dar importancia a todos por pequeño que sea ese rol. Y que el jugador lo sepa y lo entienda. Está terminantemente prohibido mentir a los jugadores, porque la mentira tiene las patas muy cortas y si lo haces, estás muerto. Hay que ir de frente, aunque a veces es difícil que un jugador acepte su rol. En los 90 se llevaba la escuela soviética o yugoslava, con entrenadores muy autoritarios y con muchas broncas. Ahora el entrenador es más dialogante, es más un gestor de egos y de grupos que otra cosa”, explicó.

“En el balonmano es muy importante la gestión de los partidos, porque hay cambios continuamente, el entrenador interviene muy activamente y una decisión tuya puede ayudar a ganar o a perder un partido. En este sentido, lo que dices en los descansos o en los tiempos muertos es un tema caliente. Tienes que conocer bien a los jugadores. Si aprietas al que no debes, lo puedes perder. Hay que tener mano izquierda y saber a quién a apretar”, indicó Ortega.

Xavi Budó, Entrerríos, Ari y Alzamora, durante la actividad

Xavi Budó, Entrerríos, Ari y Alzamora, durante la actividad / JAVI FERRÁNDIZ

"Cuando un juvenil o uno del filial sube a entrenar con el primer equipo, tiene que pegar bocados. Si me pasa a mí, yo mato. Seguro. El jugador tiene que venir así. El balonmano es muy táctico y ahí nos ayuda que el filial hace cosas muy parecidas a las nuestras, porque si tienes que empezar a explicarles todo, trastornas al grupo. En la Copa Asobal jugó con nosotros Ian Barrufet y lo hizo como si llevase todo el año con nosotros. Eso es un acierto", abrochó el malagueño.

Velasco, experiencia por arrobas

Con más de un cuarto de siglo en los banquillos, Jesús Velasco es un referente del fútbol sala. “Llevo 30 años en esto y hay algo que aprendí en mis primeros cuatro años, cuando era 'segundo'. Y es que lo que no puede hacer nunca un entrenador es empeorar a los jugadores y a veces hacemos cosas que los perjudican. En cuanto a la presión y al desgaste, por mi forma de ser no me han afectado desde que llegué al Barça. Me exijo mucho, me autoanalizo mucho y me doy cuenta antes que nadie de mis errores. Siempre tengo los pies en el suelo y cuando me dan palos o me felicitan, yo ya sé antes lo que ha pasado. Y tengo muy claro que si perdemos van a venir las ostias", se confesó.

“Hay que conseguir que todo el grupo se sienta importante, cada uno en su rol. Que el que juega seis minutos esté animando y cuando salga aporte el máximo, esa es la labor del entrenador. Está prohibido minusvalorar a un jugador. Hay dos cosas clave y una es poco 'entrenable', que es el carácter del jugador, que sea competitivo, que no se asuste. Se puede mejorar con psicólogos, pero es complicado. Es un aspecto muy importante a la hora de seleccionar jugadores. Y la otra sí es muy 'entrenable', que son los fundamentos, el manejo de balón, la lectura del juego, el pase... Cuando suben los del filial les pido que sean capaces de utilizar los fundamentos", manifestó el ex de Movistar Inter y del ACCS, entre otros.

Los entrenadores de la base del club vivieron una jornada muy intensa

Los entrenadores de la base del club vivieron una jornada muy intensa / JAVI FERRÁNDIZ

"El principal trabajo del entrenador cuando llega es ganarse la confianza de los jugadores. Si no confían en ti, estás muerto. Es el punto más difícil del deporte profesional, ganarse la confianza del grupo. Si el jugador ve o cree que sabe más que tú, malo. El jugador es egoísta por naturaleza y debe ser así, para eso estamos nosotros ahí, para sacar provecho de eso y controlarlo. Yo fundamento mi trabajo en el respeto. Les exijo, pero me exijo aún más. Y al staff le doy la responsabilidad de su parcela. El fisio manda en lo suyo, pero responde de su trabajo. Para un gran nivel de exigencia, la autoexigencia tiene que ser mayor”, concluyó Velasco.

"A lo largo de la temporada trato de tener clara la jerarquía y saber quiénes tienen que jugar los minutos importantes de los partidos clave. A veces me critican por dar muchas oportunidades a algunos jugadores. A lo que doy más importancia es al control de grupo y trato de equivocarme lo menos posible en los partidos importantes", concluyó el laureado míster del primer equipo de fútbol sala del Barça.