Deco, una figura ideal y muy respetada en el mercado

Deco no dudó en dar el ‘sí’ a Laporta, porque siente que llegó, finalmente, el momento de entrar dentro del Barça. No lo hecho porque sepa que estará plenamente respaldado desde la presidencia, sino porque cuenta con la autoconfianza necesaria, la madurez y el perfil profesional adecuado para realizar la función que se le ha encomendado.

Conoce la casa por dentro, cómo lidiar con la presión y el entorno y nadie le tiene que explicar la trascendencia y lo representa el Barça tanto en Catalunya como globalmente. Es futbolero y tiene el buen ojo clínico que atesoran la gran mayoría de cracks. Y, además, se ha curtido como negociador en la industria de fútbol en su faceta como representante, que empezó a realizar cuando colgó las botas en el Fluminense. 

Formación finalizada

Con los años de trabajo discreto se ha convertido en una persona respetada en el mercado por los que ahora van a ser sus homónimos en las principales ligas europeas y por los representantes más fuertes con los que mantiene línea directa y buen ‘feeling’: Jorge Mendes (por quien trabajó antes de independizarse y crear su propia agencia), Pini Zahavi y la ‘dupla’ Giuliano Bertolucci-Kia Joorabchian.

Deco ha dejado para siempre el mundo de la representación y ya tiene decidido que su futuro será el de ocupar cargos de liderazgo en el área de deportiva de los clubes. Ha empezado por lo más alto, por el más difícil todavía: su Barça. Cuando llegue el punto final a su etapa en la Ciudad Condal, seguirá siendo un profesional más en esta área y se irá a otra entidad.

¿Deco, director deportivo? Habla el barcelonismo

Quien lo conoce explica que su etapa de representante ha sido una forma de conocer los entresijos del mercado, de las transacciones, para prepararse para lo que era su gran deseo: la dirección deportiva.

Cuando Peter Lim compró el Valencia en octubre de 2014, una de las opciones que barajó como secretario técnico fue Deco, pero este no se vio preparado. No era su momento. Hacía un año que se había retirado como jugador y declinó la oferta, porque necesitaba formarse.

Una década después, ahora sí, entra como máximo ejecutivo del área deportiva y de la mejor forma posible: aceptando el reto histórico de gestionar un Barça en fase de reconstrucción en busca de un nuevo círculo virtuoso de glorias.