El 8% de los vehículos circulará con neumáticos desinflados en Semana Santa

Durante la Semana Santa, los viajes en coche aumentan debido a las escapadas que muchos españoles deciden hacer en compañía de la familia, de los amigos o, incluso, solos. Por ello, debemos tener mucho cuidado en la carretera y aplicar los consejos básicos que nos ayudarán a circular con la máxima seguridad como, por ejemplo, respetar las normas de tráfico y los límites de velocidad. Sin embargo, también debemos tener en cuenta otro aspecto que, a menudo, se nos olvida. Y es que, antes de salir de casa, debemos revisar el estado de cada una de las partes más importantes de nuestro coche, con la intención de no encontrarnos con ninguna sorpresa inesperada a lo largo de nuestro camino. Tener en cuenta dicha revisión del vehículo es esencial, sobre todo si observamos los datos que nos recuerda el Grupo Andrés.

Casi 24 millones de neumáticos equipados por los coches que van a viajar en Semana Santa, lo que supone el 73% de ellos, rodarán con presiones de inflado bajas, desgastes excesivos o daños internos, según los datos del Grupo Andrés. Además, algo más de 600.000 vehículos, lo que supone casi el 8% de los 8 millones que se lanzarán a las carreteras en esta época del año, equiparán un neumático desinflado, ya que su presión estará 0,5 atmósferas o más por debajo de lo recomendado.

Los neumáticos son una parte importantísima en nuestros vehículos y deben mantenerse en perfecto estado. Para ello, necesitan tres cuidados fundamentales para poder recorrer cientos de kilómetros con la máxima seguridad. El primer cuidado es contar con la presión correcta, de acuerdo con los valores proporcionados por el fabricante del vehículo. La segunda es asegurarse de que la profundidad de dibujo en la banda de rodadura está por encima de 1,6 milímetros. Por último, debemos comprobar la ausencia de cualquier bulto extraño o corte en los flancos.

Por otro lado, también vale la pena recordar la climatología cambiante de la Semana Santa, que combina temperaturas bajas y lluvias imprevistas, entre otros fenómenos parecidos; que pondrán a prueba la adherencia y la resistencia de todos y cada uno de los neumáticos con más de cinco años de antigüedad o que hayan recorrido más de 45.000 kilómetros.