De las paradas de Arnau Tenas al sufrimiento de Abel Ruiz

Las paradas del portero del Barça mantuvieron a España con opciones hasta el final

El penalti errado en el último suspiro fue un castigo injusto para el capitán español

Abel Ruiz provocó el penalti que después falló

Abel Ruiz provocó el penalti que después falló / AFP

Xavi Canals

Xavi Canals

España mereció mucho más en la final del Europeo sub 21 que se le escapó ante Inglaterra (1-0) por culpa de un gol de rebote y un penalti errado en el útimo suspiro. El conjunto que dirige Santi Denia sometió durante muchísimos minutos a la selección inglesa, especialmente en una segunda parte en el que lo hizo todo para forzar por lo menos la prórroga.

Los futbolistas de España rayaron a un nivel muy alto, pero hubo dos cuyo protagonismo sobresalió por encima de la media: Arnau Tenas y Abel Ruiz. El portero del Barça y el delantero del Sporting Braga han sido los dos pilares sobre los que España ha cimentado su excelente tránsito por el torneo. Y así hubiera sido también en la final de no mediar la desgracia de ese penalti errado por el capitán en la última acción del encuentro.

Arnau Tenas mantuvo viva a España con sus paradas. El combinado de Santi Denia dominó el partido, pero Inglaterra tenía veneno en todas sus aproximaciones. El portero del Barça ya evitó un gol en frío nada más empezar con una mano espectacular a disparo de Gordon.

Y en la segunda parte, cuando sus compañeros estaban volcados sobre la portería de Trafford, dio todo un recital. Primero, con otra mano excepcional a disparo de Jones, en una exhibición de colocación y reflejos. Y a un minuto del final voló para acabar sacando con el pie sobre la misma línea un remate a puerta vacía de Madueke.

Sin sus intervenciones, el penalti que rescató el VAR en el minuto 98 sólo hubiera servido para maquillar el resultado. Un penalti decisivo para la resolución del título que acabó convirtiéndose en el castigo más injusto para Abel Ruiz, que no encontraba consuelo al acabar el partido.

El capitán había sido decisivo a lo largo del torneo con un gol agónico ante Ucrania que selló la primera plaza del grupo y con un doblete, también ante los ucranianos, para comandar la remontada en semifinales. Esta tarde también pudo ser decisivo, porque fue el que provocó, con su pelea incansable, el penalti. Y también hubiera sido decisivo si el VAR no le hubiera anulado un gol, nada más empezar la segunda parte, por fuera de juego.

No dudó ni por un momento en coger el balón y colocarlo en el punto fatídico, asumiendo la responsabilidad que corresponde a un capitán. Pero el destino le tenía preparado un amargo final el día en que disputaba su quinta final con España y se convertía en el futbolista con más internacionalidades en categorías inferiores. Trafford le adivinó el lanzamiento y le privó no sólo del título, sino probablemente de ser el jugador más valioso del torneo.