El último tren de Bendtner

Bendtner tratará de renacer en el Rosenborg

Bendtner tratará de renacer en el Rosenborg / AFP

Josep Coves

Josep Coves

Niklas Bendtner llegó a la Juventus a principios de la temporada 2012-13 cedido por el Arsenal y lo hizo sin complejos y con la autoestima por las nubes. “En tres años seré mejor que Ibrahimovic. Zlatan es mayor que yo y ya ha tocado techo como goleador de la Serie A”, dijo el danés queriéndole coger el relevo al sueco, que aquel mismo verano abandonaba el Milan para jugar en el PSG.

Ni Bendtner llegaba a la Juve acreditando buenas temporadas en el Arsenal ni después dejó huella en la Vecchia Signora. Con 1,94 metros de altura, fuerte y potente en el campo, el goleador danés tampoco cuajó en el fútbol italiano. Su legado en el Juventus son 11 partidos y cero goles, un pecado para alguien que Arsène Wenger vio como “un delantero goleador, rápido e imparable” cuando lo fichó para el Arsenal en 2004 con 16 años.

Ahora, con 29 años, y una retahíla de fracasos que también incluye al Wolfsburgo, Bendtner busca otra oportunidad en el fútbol noruego. El Rosenborg, un clásico en la Champions hace unas temporadas, le ha rescatado de la segunda división inglesa y le ha abierto las puertas de cara a la competición que comienza el próximo mes de abril con le objetivo de revalidar el título de campeón.

SIN ÉXITO EN SEGUNDA

Bendtner ha jugado esta temporada en el Nottingham Forest, en la Championship, sin dejar impacto en la plantilla. Dos goles en 17 partidos con el club de las Middlands sintetizan el poco impacto que ha tenido este curso en la plantilla del Forest.

De hecho, esta ha sido la tónica en la carrera deportiva de Bendtner, salpicada por los escándalos extradeportivos como cuando en 2013 fue arrestado en Italia por conducir bajo los efectos del alcohol o en 2009 un amigo lo sacó de un pub con los pantalones bajados y claros síntomas de embriaguez.

EL EMPEÑO DE WENGER

Wenger ha sido el único entrenador que ha creído en Bendtner. Con sus sucesivas cesiones al Birmingham, Sunderland y Juventus, el técnico francés trató de reconducir la carrera de un futbolista que siempre pensó que encajaría en el Arsenal junto a  Van Persie y Adebayor.

Su trayectoria en los gunners (45 goles en 145 partidos) se recuerda más por sus clamorosos errores en boca de gol y por su cambio de dorsal que que por los tantos que marcó.

Cuando a comienzos de la temporada 2009-10 cambió el 26 por el 52, “un número especial para mí, que espero que me dé suerte” no consiguió que la fortuna le sonriera, pero sí cumplió con la palabra de pagarles una nueva camiseta a los aficionados del Arsenal que se habían comprado la camiseta con el anterior dorsal.

Ahora, siete años después de ver que todo sigue igual que antes, Niklas Bendtner busca renacer en el Rosenborg.