La primera gran crisis del Madrid de Ancelotti

La derrota en Cornellà mete en problemas al italiano, más por la mal imagen que por los resultados adversos

El Espanyol no ha hecho más que agitar las dudas de un Madrid a la deriva con el peor partido del italiano

Ancelotti vive su primera crisis esta temporada

Ancelotti vive su primera crisis esta temporada / EFE

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

El Real Madrid sigue montado en la montaña rusa de los últimos años. Da lo mismo que el entrenador sea Lopetegui, Solari, Zidane o Ancelotti, que no acaba de deslizarse por los vaivenes entre la euforia y la decepción. En el año cuatro después de la ‘trichampion’ el equipo blanco vive su primera crisis a las órdenes del técnico italiano. Y la vive por la falta de uniformidad en un estilo que no acaba de encontrar su talla cuando Ancelotti viste al equipo para cada partido. Es peor la mala imagen dejada que los resultados adversos.

Décimo partido de la temporada y la primera crisis de los blancos que mete en problemas al italiano, que ha aguantado un poco más que la temporada pasada con Zidane que solo necesitó cinco encuentros para vivir sus primeras dificultades en un curso que acabó siendo zigzagueante. Al menos a Ancelotti tenía el colchón de los siete primeros partidos, pero lo ha acabado de destrozar con su derrota en Cornellà. Un arranque ilusionante que ha estropeado en tres partidos, pero que le mantiene líder en la Liga y bien posicionado en la Champions. 

DE LA DIVERSIÓN A LA DEPRESIÓN

El efecto que supuso el cambio de mentalidad del juego control de Zidane al ofensivo de Ancelotti ha perdido su efecto como el sifón. Ha pasado de un juego divertido en sus primeros partidos a la depresión en los tres últimos. Un empate al límite ante el Villarreal y dos derrotas ante rivales menores dejan en evidencia la labor del técnico italiano, que empieza a acumular críticas del madridismo en general, más allá de resultar un tipo empático y sincero.

El Espanyol no ha hecho más que agitar las dudas de un Madrid a la deriva con el peor partido del italiano desde que volvió al banquillo. El ataque ya no tapa los graves problemas defensivos que ha tenido desde el primer partido. Las paradas de Courtois y los goles de Benzema no alcanzan para disimular los problemas estructurales que tiene. Del juego rápido, a los espacios, perpendicular y solidario al juego previsible, impreciso y al pie que los rivales desactivan con facilidad. Un Madrid decepcionante que tiene 16 días de parón para reflexionar.