Un partidazo sin goles que 'ganó' el Barça

El Real Madrid saltó al césped del Bernabéu a seis puntos del líder, un FC Barcelona intratable que, un día antes, se había impuesto en Girona gracias a un solitario gol de Pedri. Enfrente, la Real Sociedad, tercer clasificado y con ganas de evitar un mano a mano en LaLiga entre los dos grandes. Todo eso ocurría en la previa y no había nada que preocupase a Carlo Ancelotti porque, como dijo hace pocos días, "el plan es ganar los partidos", rechazando debatir sobre estilos, tácticas o dibujos. A la hora de la verdad, ambos equipos ofrecieron un espectáculo enorme al que solo le faltó los goles. Fue una oda al fútbol que acabó 'ganando' el Barça.

Real Madrid - Real Sociedad

MAD

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RSO

Alineaciones

REAL MADRID
Courtois, Nacho, Militao, Rudiger, Camavinga, Kroos, Fede Valverde (Asensio, 77'), Ceballos (Modric, 77'), Rodrygo, Vinicius y Benzema.

REAL SOCIEDAD
Remiro, Elustondo (Olasagasti, 66'), Zubeldia, Le Normand, Aihen Muñoz (Rico, 46'), Zubimendi, Illarramendi, Brais Méndez (Robert Navarro, 55'), Kubo, Oyarzábal (Pablo Marín, 55') y Sorloth (Carlos Fernández, 84').

ÁRBITRO

Melero López (colegio andaluz). T.A.: Nacho (41')/Zubimendi (27'), Elustondo (64'), Kubo (68'), Remiro (94').

INCIDENCIAS

Partido correspondiente a la jornada número 18 de LaLiga Santander disputado en el Santiago Bernabéu ante 58.129 espectadores.

El duelo arrancó estresante, con un ritmo enorme, con dos equipos que echaron a la basura cualquier tentación de especular y que fueron a buscarse sin miedo. Cansaba verles correr. Que había mucho en juego se notaba en cada balón dividido, en cada salto o carrera. La Real la tuvo primero con un centro de Ahien al que Sorloth no llegó solo en el área pequeña. Respondió Benzema, convirtiéndose en humo atravesando a los defensores donostiarras hasta llegar la línea de fondo. Su pase atrás no lo recogió nadie.

A los quince minutos Vinicius se puso la capa y empezó el espectáculo. Le hizo un caño a Zubeldia en la esquina del área y remató a la base del palo largo. Luego lo probó muy parecido Illarramendi antes de que, esta vez por la derecha, el brasileño arrancara el 'oooh' del Bernabéu con otra fantasía para meterla atrás sin que encontrara receptor. Valverde, Rodrygo, Benzema y Ceballos disfrutaban convirtiendo el terreno de juego en un tapete de billar a mil bandas en el que el balón viajaba a gran velocidad.

Se embarró algo el juego con alguna entrada a destiempo de Zubimendi y Nacho que les costó la amarilla, pero fue un paréntesis en un partidazo vibrante. Remiro, mucho más que Courtois, sudaba cada vez que se acercaban los blancos. Kroos lo probó desde la frontal, Benzema también examinó al meta de la Real y, ya en el descuento, un pase atrás defectuoso de Brais permitió a Karim ponérsela para Vinicius, que tampoco acertó a superar a Remiro.

Sin tregua tras el descanso

El Real Madrid salió dispuesto a echar la puerta abajo sin contemplaciones, con un fútbol vistoso, combinativo, incluso bello, demostrando que hay vida más allá del autobús y las transiciones rápidas. De hecho, seguramente eran los mejores minutos de los blancos esta temporada. Remiro, cada minuto que pasaba más agobiado, volvió a ser decisivo evitando el gol de Vinicius. Los de Ancelotti llegaban en manada al área 'txuri urdin', que se encomendó al talento de Kubo para respirar. El japonés dejó a Sorloth solo ante Courtois, pero disparó horroroso (la jugada habría sido anulada por fuera de juego). Fue otra vez Take quien probó la solvencia de Courtois, más o menos inédito hasta el momento, con un disparo peligrosísimo.

Lo cierto es que el asedio madridista era intenso, pero los de Alguacil aceptaron el reto con grandeza, no rifando ni un solo balón, iniciando cualquier ataque desde atrás. Y, además, contaban a Kubo, que dejó tirado sobre el césped a Camavinga antes de ponérsela en bandeja a Robert Navarro. El disparo, tras un rebote, acabó en manos de Courtois. Sin tiempo para pensar, volvió a aparecer Vinicius, probando ahora a Remiro con una vaselina a la que el meta respondió con una mano extraordinaria. El partido era una locura absoluta y maravillosa, de los que no abundan y reconcilian con el fútbol.

De hecho, el árbitro, Melero López, salvo la cuota de protestas habituales por decisiones ajustadas, intervino poco. Tan poco que perdonó la segunda amarilla a Nacho por obstaculizar un servicio de banda. Era clarísima. Quedaban diez minutos. Cinco después, Imanol tampoco dejó sacar rápido y, en este caso sí, fue amonestado. De manual. No hubo respiro hasta el final, pero el marcador no se movió. Fue un partidazo que acabó 'ganando' el Barça.